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El nuevo director de la Epso, Ricardo Abadía, en el campus de Desamparados. :: alberto aragón

«Europa reclama que la producción agrícola aporte un plus de calidad»

director de la Escuela de Ingenieros Agrícolas de Orihuela

Joaquín Andreu Esteban

Domingo, 31 de mayo 2015, 00:49

La Escuela Politécnica Superior de Ingenieros Agrícolas (Epso) cuenta con un nuevo responsable. Ricardo Abadía, profesor adscrito al Departamento de Ingeniería de la Universidad Miguel Hernández, llega con un doble objetivo, el potenciar la labor docente y la creación de un centro de investigación y desarrollo en el ámbito agroalimentario.

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-Una de sus líneas de actuación principal será potenciar la docencia.

-Sin docencia no sería un centro universitario y en los últimos años se ha hecho un gran trabajo con un crecimiento de alumnos sostenido y la idea es que su oferta docente sea más atractiva para los jóvenes. Ver qué podemos hacer con los nuevos grados, plantear dobles titulaciones y sacar el máximo partido a lo existente. Y nuevas titulaciones, pero es más difícil por los recortes educativos pero el equipo con el que llego apuesta por ello. Eso si, habrá que llenar vacíos respecto a la demanda de estudios que requiera el mercado laboral. Se puede ahondar en el ámbito agrícola, medioambiental o las ingenierías forestales. Muchos en acuerdos con otras universidades de España u otros países. Otros con grados ya implantados en Elche.

-El otro proyecto es la creación de un centro de investigación y desarrollo agrícola.

-Sin menoscabo de la formación de profesionales, el centro colea como idea desde hace años pero en septiembre pasado se empezó a articular la memoria de su creación y queda ver todo su desarrollo. Lo cojo en ciernes, con un papel en blanco para desarrollar, y que este sea compatible con la estructura de los grupos de investigación que ya tiene la Epso y el trabajo que desarrollan los distintos departamentos. La idea es aglutinar la oferta tecnológica de la Epso y sus profesionales para ponerlo al servicio de empresas, instituciones, colegios profesionales o ayuntamientos. Ya hay transferencia de investigación hacia empresas pero está dispersa. La intención es que ese centro sirva de catalizador y darle mayor visibilidad de cara a la sociedad. Que el trabajo llegue a la gente para que al final se sirva de él.

-¿También porque a veces cada departamento trabaja en una línea que puede ser complementada por lo que se hace en otros?

-Esa es otra de las sinergias que hay que buscar. El trabajo de investigación de la UMH ha crecido desde su creación y tiene muchos grupos de investigación pero ahora los tiempos requieren que esa dispersión, de trabajar cada uno en su línea, encerrarse en el departamento y en tu entorno no responde a los tiempos que corren, porque a lo mejor lo que tú haces se puede complementar con lo que se investiga tres despachos más allá y te puede valer. La idea es crear esa complementariedad interna y luego de cara a la comarca también darle una imagen homogénea, una marca.

-¿Y que la sociedad se nutra de ese conocimiento?

-Sí, porque la sociedad debe beneficiarse del trabajo universitario, no solo con su docencia sino que pueda saber todo el saber que se genera. Es fundamental que se nutra de esa labor investigadora y con el paso de los años el objetivo de las universidades es que lo primero es la investigación. Y tenemos que potenciarlo.

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-¿Ese centro trabajará en el ámbito agrícola o también en el hídrico?

-Ya tenemos relaciones con comunidades de regantes, juzgados de aguas, la Confederación...y con los nuevos planes hidrológicos la universidad tiene que aportar sus conocimientos también. Hablar de agua no es solo de cantidad o precio, también de la calidad, distribución de caudales, modernización de regadíos, eficiencia energética en torno a esta. La idea es crear con ese centro también foros de debate donde el agua se aborde desde múltiples aspectos. No llegar solo a reuniones, también hacer propuestas, elaborar estudios rigurosos, elevar documentos que permitan mejorar el sector agroalimentario tan potente que ya tenemos. El binomio agua-energía es esencial porque la modernización de regadíos es sinónimo de dependencia energética, unido al incremento de costes. El regadío el problema que tiene es el coste porque el agua por si misma es un problema por su escasez, pero el precio energético es para prestarle especial atención.

-¿Servirá de incubadoras de empresas agrícolas?

-La UMH ya tiene servicios para eso pero como el centro está todavía por desarrollar si podrá tener cabida. Esos contenidos serán los que los propios profesionales quieran y será lugar de encuentro entre estudiantes, profesionales del sector y empresas. Queremos canalizar la relación con ellas y las jornadas actuales de empleo las potenciaremos pero amoldadas a los requerimientos de estas. Una parte importante serán las prácticas. Las empresas a veces desconocen que hay alumnos de últimos cursos que les pueden aportan mucho saber y nutrirse de sus conocimientos, además de poder conocer a futuros trabajadores bien formados. La idea es que se beneficien las empresas y los alumnos sepan por dónde va el mercado y lo que se pide a estos. Ahora a veces la vinculación entre tutor docente, alumnos y empresas no funciona a tres bandas y esta cuestión es mejorable con una mayor interrelación.

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-¿Para la agricultura moderna es esencial contar con el prefijo 'eco'?

-Una de las aportaciones que se puede hacer desde la Epso a los mercados europeos es trabajar en ese campo de la calidad, no solo por esa marca que da lo ecológico, también por los parámetros de exigencia que esos mercados tienen. La manera de ser competitivos es ofrecer calidad frente a países emergentes que en ese aspecto van por detrás. Los consumidores cada vez están más sensibilizados e informados y con una agricultura planificada y tecnificada nuestros productos adquieren ese marchamo que es vital para trabajar en esos mercados. Controlar todos los procesos, etiquetar con toda la información que requieren. Eso tiene un valor añadido para competir con esos mercados sin trabas arancelarias. A nosotros se nos exigen unos parámetros y al consumidor hay que dárselo. En Europa más. Por ejemplo etiquetas de que son productos en cuya elaboración el consumo de C02 es de baja emisión y que en su elaboración tampoco tienen por qué ser más caros. Dar un plus diferencial es esencial en el siglo XXI.

-En su programa llevaba la potenciación de huertos para que los alumnos ensayen.

-Es la mejor manera de que aprendan a responsabilizarse de un cultivo y en plena Vega Baja es esencial porque no todas las facultades de ingeniería agronómica tienen la posibilidad de contar con parcelas de ensayos como ocurre en esta y que se pueda experimentar en ellas. La idea es destinar parte de ellas a que aprendan a trabajar en grupos con producciones de ciclo corto e incentivar con premios ese tarea del trabajo de campo, no solo que aprendan en el ámbito de las aulas. Además en la sociedad están en boga y también en los colegios, pero aquí es que sirvan, más que como ocio, que es el concepto que más arraigado hoy día, como laboratorios al aire libre.

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-La Epso también trabaja en el campo de los desechos vegetales.

-Sobre todo en el compost vegetal porque en España es un problema. Hay granjas en España que le sacan casi mayor beneficio a los residuos que a la producción. Uno de los grupos de investigación de la escuela trabaja en la elaboración de compost para valorizar residuos orgánicos. Lo que suponía un coste para las empresas como la eliminación de residuos ahora pasa a ser también una parte de la gestión y aprovecharlos como abono vegetal o biomasa energética. Pasaba con los purines de cerdo pero ahora la Ley de Aguas dice que cualquier vertido con lixiviados o superficiales son vertidos pero al final se pueden aplicar a otros sectores, al aprovechamiento energético, abonos...múltiples usos, por lo que se abre un futuro interesante.

-¿La agricultura es un sector refugio en tiempos de crisis?

-A la vista está que si porque se ha vuelto a trabajar parcelas abandonadas, bancales con años sin cultivar ahora están labrados. Es el sector que mejor ha resistido la crisis pero por otro lado las escuelas de agronomía cayeron en matrículas y además en el campo se pedía mano de obra no cualificada pero se tocó fondo. Es un sector a potenciar porque no se puede decir que produzcan solo los países en vías de desarrollo. Y la repercusión social de esa especialización en el campo de la agricultura es el futuro.

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-Otra rama en auge es la Enología.

-Tenemos un máster y la titulación es muy demandada. Ha ido en aumento el interés por él y se potenciará en colaboración con bodegas y en grupos de investigación. Es un sector que está en boga y de aquí salen expertos muy demandados en todo el país.

-¿Tiene la sensación de que se percibe que la Epso está 'lejos' de Orihuela'?

-Mucha gente la tiene y que queremos hablar con los representantes del Ayuntamiento, sobre todo porque es necesario que para que la escuela pueda aportar su saber a la sociedad hay que romper con esa sensación de lejanía. Los que formamos parte de ella entendemos que son mejorables las comunicaciones entre el casco urbano y el recinto, con reformas en los carriles bici y las conexiones por autobús desde la estación de tren o incremento de sus frecuencias. Son demandas de los alumnos que hay que tener en cuenta para romper con esa idea de que estamos lejos.

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