Pilar M. Maciá
Lunes, 13 de julio 2015, 00:52
Ataviados con sus trajes de media gala, festeros de los bandos Moro y Cristiano acudieron ayer hasta la Glorieta Gabriel Miró para participar en el primero de los desfiles de estas fiestas, el que cumplimenta a las patronas de estas celebraciones, las Santas Justa y Rufina. Los dos luceros que según la leyenda iluminaron el cielo oriolano después de la gesta de Hermenegilda Eugenia, la Armengola, aguardaron en su templo a que los comparsistas cumplieran con el recorrido. Desde la Glorieta hasta el monumento del Rabaloche y vuelta hasta el templo consagrado a las mártires sevillanas. Fue también la primera vez que desfilaron juntos los dos embajadores, Ricardo Pérez por el Bando de la Media Luna y Dámaso Aparicio por el de la Cruz, junto a Ángeles Vidal, la encargada de dar vida a la heroína de los Moros y Cristianos. Ellos fueron los encargados de cerrar, junto al resto de cargos festeros y a los responsables de la Junta Central, el desfile, tal y como harán en varias ocasiones durante los próximos días.
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El Bando Moro fue el primero en partir de la plaza, como será también el viernes por la noche el primero en hacer su entrada triunfal por las calles de Orihuela, que durante unos días volverá a ser la Uryula islámica para que en ella, historia y leyenda, se den la mano para lograr la perfecta comunión que ha llevado a la celebración cada mes de julio de los Moros y Cristianos. Los Moros Realistas abrieron el cortejo y su paso fue seguido, a ritmo de pasodoble, por Moros Beduinos, Almorávides, Moros Viejos de Abén-Mohor, Nazaríes de Abén-Humeya, Musulmanes Escorpiones, Almohábenos, Negros Egipcios, J'Alhamed y Abdelazíes, en cuyas filas se incorporaron los Moro Muladíes escindidos en su día de los Beduinos. En esta ocasión cobró especial relevancia la figura de las abanderadas, abanderados y otros cargos de honor de las comparsas, que se adelantaron al resto de sus compañeros de filas para lucir sus mejores galas en un desfile ideado para ello.
Lo mismo ocurrió con el Bando Cristiano, abierto por los Contrabandistas y completado con Caballeros del Rey Fernando, Templarios, Caballeros de Tadmir, Caballeros del Oriol, Piratas Bucaneros, Caballeros de Santiago y Seguidores de Arun y Ruidoms, tras los cuales avanzó la comitiva presidencial. El recorrido fue el mismo de todos los años, y no se olvidó la cita con la patrona canónica de Orihuela, la Virgen de Monserrate, a quien la Armengola visitó en su camarín para pasar bajo su manto, un privilegio reservado para la encargada de representar a todas las festeras. Ya a las puertas de Santa Justa los pasodobles dejaron paso a las marchas de procesión. Los contrabandistas se echaron a hombros el trono con las Santas Justa y Rufina y comenzó la procesión que llevó al cortejo hasta la Catedral, donde permanecerán hasta que el Día del Pájaro la Gloriosa Enseña del Oriol llegue hasta la seo oriolana para devolverlas a su iglesia, donde se celebra la misa con la Gloriosa Enseña oriolana.
Los festeros se colocaron en filas para llegar en el cortejo hasta la Catedral, donde los que llevaban flores depositaron sus ramos en la Capilla del Loreto, mientras que como es habitual las abanderadas hicieron lo propio en el interior del templo. A la llegada de los cargos festeros se disparó cohetería. Los Moros y Cristianos descansan hoy para preparar todos los actos de la semana, el primero el martes con la Guerrilla de Pólvora y Toma del Castillo.
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