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Uno de los participantes, durante la siega de ayer en Almoradí.

Los productores de cáñamo buscan el uso sanitario para rentabilizar este cultivo

La Asociación de Trabajos del Cáñamo de Callosa organiza la segunda siega en la huerta reivindicar la vuelta al cultivo tradicional

Fernando Amat

Sábado, 8 de agosto 2015, 00:33

Un grupo de agricultores de Almoradí ha realizado un hallazgo para obtener rentabilidad a los cultivos de cáñamo. Una vez que quedó patente que la vuelta la producción para sacar rentabilidad a la fibra no cuajó, se han dedicado a explotar la hoja de la planta. Esta especie contiene el 'cannabidiol' que es una sustancia requerida por la industria farmacéutica y por las parafamarcias.

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La sustancia en cuestión se encuentra dentro de la planta del cáñamo y proporciona unas propiedades relajantes para el aparato digestivo. Con esta ventaja que aporta la hoja de la planta se ha buscado una salida para este tipo de cultivos. El grupo de jóvenes de Almoradí trabaja en ello y ya ha experimentado junto con la Universidad Miguel Hernández (UMH) la forma de recuperar el extinguido cultivo.

La Asociación de Trabajos del Cáñamo de Callosa de Segura organizó ayer una siega tradicional en un huerto almoradidense para fomentar lo que fue un medio de vida y ahora es tradición en distintos puntos de la comarca. Participaron miembros del equipo de gobierno de Callosa de Segura, de Almoradí, la peña huertana Santicos de la Piedra y representantes de la UMH.

Las propiedades de esta variedad del cáñamo frenan los vómitos y se diagnostican para personas que reciben quimioterapia. Al mismo tiempo esta sustancia se recomienda para personas que sufren de esclerosis múltiple. «Se trata de un compuesto que acompaña a otros, que se toma en infusiones y que relaja el estómago», apuntó uno de los agricultores, Jesús Clemente.

Potencias europeas como Francia o Alemania sí que explotan el cultivo de cáñamo para las fibras y cuentan con subvenciones de la Comunidad Europea. La falta de industrialización y de maquinaria adaptada al cultivo merman las opciones de los jóvenes agricultores que quieren rescatarlo. «Necesitamos más maquinaria porque no es rentable de otra manera», apuntó Clemente, que asegura que todavía la demanda para la industria farmacéutica en España no es lo suficientemente amplia como para crear grandes extensiones de cáñamo. Este grupo de almoradidenses se las ingenió para adaptar una segadora sencilla en otra que pudiera recoger los tallos de cáñamo y realizar paquetes. «Aunque no la hemos terminado porque necesita unos apliques especiales», apuntó el agricultor que trabaja en mejorar la maquinaria y poder industrializar este cultivo como antaño.

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El trabajo de la siega se realiza durante las fechas más calurosas del año y necesita de una gran condición física ya que cada metro cuadrado de cultivo (remijón en términos populares existen decenas de plantas. Los tallos crecen unos cerca de otros, lo que convierte en una verdadera odisea el poder cosechar una gran espacio de terreno a mano. Los participantes en la siega obtuvieron un diploma por prestar su labor. La organización del evento incluso invitó a bebidas típicas huertanas para aplacar la abundante humedad que junto con el calor hacía cerca del Río Segura.

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