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Joaquín Andreu Esteban
Lunes, 19 de octubre 2015, 00:56
La creación de una empresa no es una aventura fácil en los tiempos que corren, máxime cuando la idea supone lanzarse al mundo de la edición de libros en plena época digital. Este es el proyecto que tienen entre manos un grupo de bigastrenses que ha creado Fun Readers (Lectores divertidos) con el propósito de sacar el mercado títulos dirigidos a uno de los públicos más exigentes que hay, como son los niños. En concreto son cinco vecinos, los hermanos José Antonio, Jesús y Consuelo López Moya, Paula Gutiérrez y Augusto Gómez, que han apostado por una iniciativa que busca hacerse un hueco en el panorama editorial nacional, cuajado de hasta dos mil empresas que se dedican a sacar al mercado centenares de títulos todos los años.
Todos son docentes en el colegio San José de Calasanz excepto Consuelo y Augusto, que trabaja en la empresa privada, y expertos en diversas áreas de la educación infantil. Según Jesús López, lo que pretenden es «aportar frescura y creatividad a un mercado donde no siempre los títulos son originales» y los promotores entienden que la mejor forma de acercar la literatura a los pequeños es apostar por «textos novedosos y con una edición cuidada de aquellos libros que nos hubiera gustado leer cuando éramos niños».
La idea era hacer «algo distinto y por eso las ediciones que hacemos son muy cuidadas porque no entendemos el proyecto como un negocio porque cada uno tiene su trabajo y no necesitamos la editorial como forma de ganarnos la vida», reconoce, al tiempo que recuerda que con las grandes empresas que se dedican a este nicho de mercado los autores en muchas ocasiones tienen que trabajar con unas líneas predeterminadas.
Ellos en cambio dicen que su apuesta es por la interrelación tanto con los autores como los ilustradores y que no se fijan en las pautas de la industria «porque entendemos que con pequeñas tiradas se puede hacer un libro único, un proyecto en torno a una historia más que un libro a secas», dice, ya que a cada uno le acompañan estrategias de animación a la lectura, guías para padres y docentes, aplicaciones para móviles o recursos interactivos «para que la lectura sea una experiencia motivadora». Así todos se podrán encontrar en su web 'www.funreaders.es' y también a través de las redes sociales, donde también tienen intención de volcar el primer capítulo para atrapar neolectores, además de permitir que los jóvenes devoradores de páginas interactúen en internet.
La idea que buscan, explica José Antonio, es sumar «y apostar por del desarrollo de la creatividad y la inteligencia emocional porque leer es crecer y formarse como persona de ahí que en los ejemplares se haya buscado una presentación muy cuidada». Pero no solo la creatividad o la originalidad es lo que quieren afianzar porque también abogan por el compromiso ecológico y el primer libro tiene una tirada de 1.500 ejemplares en papel libre de cloro y una sorpresa, un marcapáginas biodegradable que se puede plantar porque lleva semillas de amapola «que servirá a los niños de recuerdo de esta lectura». La obra a la que se refiere es 'La cabra que no estaba' de uno de los autores más prestigiosos del panorama de la literatura infantil como es el alicantino Pablo Albo, «una historia un poco gamberra sobre animales de una granja» a la que ha puesto imágenes el sevillano Raúl Guridi, otro de los nombres reputados de este segmento editorial.
«Con ambos contactamos porque son profesionales de prestigio y decidieron involucrarse en el proyecto», describe José Antonio, quien también resalta que toda la imagen corporativa es obra de los hermanos Emilio y Jesús Gallego, dos sanisidrenses que han trabajado para productoras audiovisuales como Zinkia, la creadora de 'Pocoyó'. «A todos les pareció que la posibilidad de intercambiar ideas con la editorial en vez de que se las impongan es un nuevo concepto», aclara Jesús, que ya editado una obra de este corte 'Las aventuras del Capitán Mondongo' y prepara con su nueva empresa la segunda 'El aprendiz de fantasma' para noviembre aprovechando la campaña navideña con dibujos de los Gallego Bros. A partir de ahí el ritmo será de lanzar unos cinco títulos al año y esperar a ver cómo funciona la distribución nacional de ambos ejemplares ya que han trazado acuerdos con empresas que se dedican a esta actividad que definen como apasionante y con la que esperan dar un aire fresco al mundo de la literatura infantil.
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