«Charlatán es aquella persona que te vende con arte algo que no necesitas»

Hugo Gabín es estos días una de las personas más contentas de la ciudad, porque tras un paréntesis de un año el Concurso de Charlatanes que se organiza en el Barrio de San Antón acudirá a su cita con los miles de visitantes que aprovechan el fin de semana para ir al popular barrio. Hijo del popular Ramón Gabín 'Ramonet' dice que es uno de los elementos singulares de las fiestas y que sin él «a los actos en torno al patrón de los animales es como si le faltase algo».

- ¿Contento de que se vuelva a celebrar el concurso?

- Si, porque que el año pasado no se celebrase fue una decepción tanto para muchos oriolanos como para mí y mi familia. Hubo gente que quiso que el concurso continuara y se aprobó en un Pleno posterior a la fiesta de San Antón que se haría. Es un concurso único y original a nivel mundial que se hace en Orihuela. Otras poblaciones han tratado de llevárselo pero mi padre lo creó para su ciudad y de aquí no se va a mover.

- ¿Para la familia qué significa que se retome?

- Mi padre lo tenía siempre presente y recuerdo que cuando le pusieron a la plaza su nombre se alegró mucho. Ese día mi familia lo celebra como un acontecimiento único en memoria de mi padre y que no se hiciera el año pasado nos dolió muchísimo. La Concejalía de Festividades hace meses apostó por retomarlo, y que siga, porque sería una pena que se perdiera.

- ¿El lugar adecuado para hacerlo es el barrio de San Antón?

- No se concibe en otro lugar por muchas ofertas que haya, y hacerlo ha sido un empeño, porque dejó el año pasado un hueco muy grande en las fiestas. Nosotros le debemos mucho a San Antón, y el barrio a mi padre porque le dio fama. Cuando lo pensó mi padre hace 34 años la fiesta estaba en decadencia, con pocos puestos, pero este certamen le dio auge porque apenas se acercaba nadie y él llamó a sus amigos feriantes para que llevasen sus puestos y atracciones. Creó el concurso a nivel mundial y tuvo repercusión en todos los medios, lo que es bueno para la promoción local. Es la fiesta más oriolana. La lástima es que por problemas burocráticos el año se echase de menos. Incluso monté una asociación para gestionar la subvención que se iba a cobrar a posteriori. Nadie dio el paso para adelantar el dinero y no se hizo, pero al final se han solventado los problemas y continuará.

- ¿Hay charlatanes hoy día?

- Es difícil porque ya no se encuentran en una esquina con su verborrea pegando gritos y vendiendo su género, tratando de convencer al público de que compre algo que no desea. Ahora es el cliente el que elige dónde y qué comprar, y no acepta que lo agobien. Es un arte el que alguien te venda algo con arte que no necesitas, solo con la palabra. Está muy bien el espectáculo pero si no vendías no comías, y ahora los medios legales son otros porque nadie se pone en cualquier lugar a vender productos y los mercadillos están regulados.

- ¿Es un modo de venta en desuso?

- Si, y además desconocido. Los jóvenes no los conocen, no saben de este tipo de ventas. Ahora son charlatanes los que hablan mucho y no dicen nada... Como los políticos. Pero cuando se acercan y los oyen les gusta, por lo que creo que lo mejor es acudir y pasarlo bien.