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Trabajadores de los talleres municipales del Ayuntamiento de Alicante, retiran la urna que protege al relicario. :: alberto aragón

La Catedral reedita el ritual de cada año en el Monasterio de la Santa Faz

Cientos de fieles, algunos de ellos romeros que caminaron desde Redován, participan en la misa de despedida, presidida por el obispo

Pilar M. Maciá

Lunes, 25 de enero 2016, 01:12

Casi veinticuatro horas después de su llegada a Orihuela donde fue venerada por cientos de personas en el altar mayor de la Catedral, ayer tarde se iniciaron los ritos de despedida de la reliquia de la Santa Faz que atesora el monasterio alicantino de las Franciscanas Clarisas. El obispo, Jesús Murgui, presidió la misa tras la que en procesión el relicario volvió a recorrer distintas calles de la ciudad, antes de la cual se reeditó el momento que se vive de forma mágica cada segundo jueves de Pascua en el relicario de la iglesia del caserío de la Santa Faz. Con fieles situados por todos los rincones de la Catedral y con el síndico designado por el Ayuntamiento de Alicante y el capellán de la Santa Faz delante, pues ellos fueron los encargados de presentar las llaves de la urna donde se guardó el relicario, se procedió a su apertura para extraerlo y bendecir por primera vez a todos los presentes, puesto que el obispo de la Diócesis haría lo mismo al final de la celebración.

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El sacerdote Eloy Martín fue el encargado de relatar lo que estaba ocurriendo en el principal espacio de la seo oriolana, y pidió a los presentes que contestaran con la palabra «¡Misericordia!» a su interpelación de «¡Faz Divina!», así hasta en tres ocasiones. Entre los presentes en la Catedral, además de autoridades civiles, militares y religiosas, hubo un grupo de personas que llegaron, con cañas rematadas con romero peregrinaron desde la vecina localidad de Redován a pie para ganar el jubileo. Precisamente la visita de la Santa Faz, en el que ha sido su viaje más largo hasta el momento, se debió precisamente al Año Jubilar de la Misericordia declarado por el Papa Francisco y a la intención del obispo de unir las dos sedes jubilares de la diócesis, la Concatedral de San Nicolás en Alicante y la Catedral de Orihuela, que de nuevo mantuvo abierta la puerta principal de la Plaza de las Cadenas.

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