Los Muladíes dan de plazo hasta Semana Santa para arreglar el conflicto beduino

Asimilados los resultados de la votación del domingo, en la que los festeros cerraron la puerta a la ampliación de comparsas en la Asociación de Fiestas Santas Justa y Rufina y por tanto, la imposibilidad de efectuarse el acuerdo entre la Asociación Cultural Comparsa Moros Beduinos Comparsa Muladíes y los beduinos integrados en el colectivo festero, los Muladíes, en este caso los más perjudicados por no poder formar parte de la Fiesta, manifestaron ayer su voluntad de hablar en busca de una resolución definitiva. En el seno de esta agrupación desgajada de los Beduinos hace siete años y que en los pasados Moros y Cristianos desfiló como invitada en los Moros Abdelazíes, se aseguró ayer que se dan de plazo hasta Semana Santa para lograr una resolución al conflicto que afecta a una comparsa, pero en el que se ha involucrado al resto de festeros que ya han ido en dos ocasiones a votar una ampliación en el número de las integradas en el Bando Moro. Eso si, advierten de que el domingo se sintieron engañados y que no se van a fiar de cualquier interlocutor «porque no sería la primera vez que nos mienten», afirmaron desde Muladíes. «Estamos dispuestos a negociar con gente que sea responsable», afirmaron a la vez que pidieron sentarse a hablar «porque nosotros siempre hemos estado abiertos al diálogo», aunque añaden que no van a consentir que se les relegue puesto que consideran que lo único que se pretende es dejarlos fuera de los Moros y Cristianos, una situación que no están dispuestos soportar, sobre todo porque cuentan con tres sentencias judiciales que les dan la razón y que reconocen tanto su derecho a desfilar por las calles de la ciudad, como a montar su cuartel además de que les legitima como Comparsa Moros Beduinos, un nombre que tienen patentado.

Los Muladíes sienten que todo esto ocurra en un año en el que a su comparsa le toca ostentar la representación del Bando Moro y con un embajador, Juan de Dios Rogel, nombrado. No obstante se reservan el derecho a emprender acciones legales como pedir la ejecución de las sentencias si finalmente no hay voluntad por llegar a una solución que evite los juzgados.