El Ayuntamiento proyecta la mejora de la accesibilidad en las calles de la zona alta

Bigastro arrastra problemas de infraestructuras por falta de inversiones desde hace años, y el equipo de gobierno que encabeza la popular Teresa Belmonte está dispuesto a solucionarlas con inversiones que irán en función de la mejora de unas arcas municipales que tienen más telarañas que euros. El que se encarga de todas las actuaciones, arreglos «e ir solventando los problemas que nos trasladan los vecinos que requieren de que sus calles y espacios públicos estén a punto» es el concejal de Obras y Mantenimiento, Adrián González, que tiene en cartera diversos proyectos que, como dice, «vengan a paliar el déficit de inversiones que tenemos en el municipio desde hace tiempo porque somos conscientes de que Bigastro está falto de acometer obras».

Una de las ideas que maneja el grupo de gobierno es realizar actuaciones que pongan coto a uno de los mayores problemas de Bigastro como es su orografía, donde muchas de sus calles comunican el cabezo con la parte baja del casco urbano, lo que le da una trama llena de cuestas empinadas y estrechas que en muchas ocasiones no son aptas para la circulación de los peatones ni tampoco para la convivencia con los automóviles.

Con ese objetivo quiere presentar un proyecto a la Diputación para que la institución provincial se plantee incluir en su Plan de Obras y Servicios del año que viene un proyecto de mejora de la accesibilidad de estos viales. «Son muchas las calles que requieren de obras que pongan fin a aceras que no cumplen con la legislación en materia de accesibilidad, con continuas subidas y bajadas, tramos estrechos o pastillas en mal estado que las hacen intransitables», precisa el responsable municipal.

El objetivo es responder a las demandas de muchos de los residentes, personas de edad avanzada en su mayoría, «que se quejan desde hace años del peligro que entrañan». González apunta que el equipo de gobierno de momento y con la precariedad de las arcas municipales solo puede hacer pequeñas obras, por lo que recurrirán a los fondos provinciales para abordar esas carencias, «porque nosotros con los escasos operarios en plantilla nos podemos limitar a acciones puntuales pero que en ningún modo ponen fin a una situación que se prolonga con el paso de los años y que somos conscientes que debe solventarse».

De igual modo González quiere que sea la Diputación la que sufrague la renovación de la Avenida de la Libertad, en un estado lamentable con un asfalto lleno de socavones, aceras deficientes y sin rampas en ellas para mejorar el acceso de personas con movilidad reducida, una demanda de los residentes que en muchas ocasiones tienen que hacer una verdadera carrera de obstáculos para sortear los continuos «'subebajas' de aceras con forma de escalinata que no son más que una barrera arquitectónica más que entorpece la accesibilidad».

El objetivo es que esta se sume a la renovación ya hecha de otros viales del centro urbano que arregló en parte las carencias históricas del municipio con un plan que sirvió para reasfaltar calles del centro urbano en mal estado, «pero ahora le toca a una de las más emblemáticas de la localidad, y nuestra intención es que esta se revalorice». Así el concejal resalta que si en uno de sus laterales las casas de planta baja tienen escalones insalvables tanto para vecinos de edad avanzada como para madres con carritos de bebé los problemas también se dan en la de enfrente, donde ninguna de las travesías tiene rampas a nivel de asfalto que permitan sortear esas barreras arquitectónicas. A esto cabe sumar bordillos en mal estado, alcorques obsoletos del arbolado que la jalonan y una capa de rodadura «que hace muchos años es objeto de quejas por parte de los conductores», deficiencias a las que se quiere poner coto «porque los parcheos ya no dan para más».

Lo que sí ha podido abordar para mejorar la seguridad vial es la colocación de diversos espejos que permitan mejorar la visibilidad en cruces de muchas de las calles estrechas que embocan desde el Barrio del Cabezo en la Plaza del Ayuntamiento o en Primero de Mayo con la Calle Mayor «que no son obras faraónicas pero necesarias para evitar el riesgo de accidentes», matiza el edil.