Banderas para proteger el campo

La localidad cumplió ayer con su pasado anclado en las raíces agrícolas y volvió, como cada 3 de mayo se hace desde tiempo inmemorial, a encomendarse a la protección de la Santa Cruz. La cita no fue otra que asistir a la ceremonia de la Bendición de los Aires donde se agitan las banderas hacia los cuatro puntos cardinales para que las cosechas y el campo queden protegidos de las inclemencias de la meteorología, un acto religioso que se hace delante del Lignum Crucis que se custodia en la Ermita de la Cruz.

Como es tradicional la comitiva partió a las once de la mañana de la puerta del Ayuntamiento donde se dieron cita las autoridades municipales con el alcalde, Javier Mora, a la cabeza. Fue el primer momento donde los capitanes enarbolaron las dos banderas en presencia de casi la práctica totalidad de los vecinos, en un día festivo al que no falta ninguno e incluso otros de localidades próximas como Callosa, Rafal o Cox. En ese momento los portadores de las dos insignias de paño púrpura que lucen los lemas 'Con este signo vencerás' y 'Viva la Santísima Cruz' comenzaron la danza ritual llevando desde el suelo al cielo los estandartes mientras que dos niños realizan una danza típica con la que marcan bajo la protección de las banderas los puntos cardinales

La comitiva partió desde la Plaza de San Pedro con representantes de las ocho comparsas moras y cristianas para encarar la puerta de la iglesia donde en el interior esperaba el párroco, José Antonio García, para portar bajo palio la Santísima Cruz, que hizo su aparición a los sones del Himno Nacional. Así se encaró la calle del mismo nombre hasta llegar en media hora a la ermita donde se aloja. A las puertas del templo tuvo lugar la bendición donde se refirió el sacerdote a pedir la protección del Lignum Crucis para librarse de las calamidades naturales o tormentas y tempestades. De igual modo pidió por conservar las cosechas y que el granizo, las plagas o la sequía respeten las labores agrícolas. Las plegarias a cada uno de los puntos se cerraron con una salva de trabucos y de nuevo las banderas se agitaron en la plaza de la ermita, acto que se remató con la ofrenda floral de los festeros.