Una comisión técnica decidirá la fórmula para devolver el antiguo juzgado a la ciudad

En manos de los técnicos, en esta ocasión de los juristas, queda dar con la fórmula con la que devolver al patrimonio municipal el edificio de los antiguos juzgados de la calle Santa Justa. Así lo acordaron ayer la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, y el alcalde oriolano, Emilio Bascuñana, durante la primera visita institucional de la responsable autonómica al Consistorio. Ambos decidieron convocar para ya mismo, el 19 de este mes a las once de la mañana y en territorio oriolano, a la comisión técnica conformada por abogados de la Generalitat, del Ayuntamiento y profesionales independientes de los colegios de Alicante, Valencia y Orihuela, con el objetivo de que antes del verano se tenga decidido si es posible la vía de la reversión iniciada por el Ayuntamiento -que Patrimonio de la Generalitat rechazó hace unas semanas- o si hay que buscar otra fórmula.

El caso es que será esa comisión la que determine cómo se hará la devolución de un inmueble que debería estar en manos del Ayuntamiento desde el año 2006, cuando se desocupó para que la administración judicial pasara a instalarse en el Palacio de Justicia de la Plaza de Santa Lucía que pagó en su momento el Consistorio, y que ha supuesto numerosos quebraderos de cabeza a los distintos equipos municipales así como desavenencias entre administraciones durante los últimos mandatos. Ahora al menos hay voluntad, tal y como se demostró ayer, de que se desbloquee para acabar con lo que Gabriela Bravo consideró una «injusticia» por el simple hecho de que la Generalitat se beneficia desde hace una década de un inmueble por el que no ha pagado ningún tipo de contraprestación.

Asimismo la titular de la cartera autonómica de Justicia hizo un llamamiento a la cordura y pidió la colaboración municipal para que se entienda que la infrafinanciación que sufre la Comunitat y la época de crisis ha dejado maltrechas las arcas públicas, y preguntada por si se contempla por parte del Consell algún tipo de compensación económica por el cambio de los edificios que beneficie al Ayuntamiento, indicó que hay que ir paso a paso y que eso ya se verá más adelante.

Bravo firmó en el libro de honor del Ayuntamiento, ante la Gloriosa Enseña del Oriol que el alcalde le mostró al detalle, y dejó escrito en las páginas su reconocimiento «al papel fundamental de la ciudad de Orihuela en la historia de la Comunidad Valenciana» así como el hecho de que sea parte «del gran legado histórico y artístico de todos los valencianos». Tras este acto protocolario mantuvo una reunión, primero con el regidor y con el concejal de Patrimonio, Rafael Almagro, y después con los portavoces de los grupos municipales.

Al término Emilio Bascuñana insistió en mantener la posibilidad de la reversión como la vía que los servicios jurídicos municipales vieron en su momento como posible para recuperar lo más rápidamente el edificio, aunque se mostró abierto a buscar otras soluciones en caso de que no sea viable. Por su parte Gabriela Bravo mostró su intención de acabar cuanto antes con este asunto y al preguntarle por una fecha dijo que no quiere irse más allá del verano, aunque consideró que en todo caso serán los técnicos los que determinen «porque a mí no me parece tan complicado». Así comentó que la Conselleria de Justicia trabajará de forma coordinada con el Ayuntamiento «pese a que la Dirección General de Patrimonio depende de la Conselleria de Hacienda, pero es importante ir por partes y avanzar en la voluntad de buscar un acuerdo». Precisamente esa dirección general fue la que consideró hace unas semanas en una carta enviada al Consistorio que la de la reversión no era la vía posible puesto que se había pasado el plazo para solicitarla, el mismo argumento que en su día sostuvo la portavoz socialista Carolina Gracia, quien ayer también estuvo presente en este encuentro.