El retraso en la constitución del Gobierno paraliza varias actuaciones en la comarca

Varias inversiones previstas en diferentes carteras ministeriales del Gobierno central suman meses de considerable retraso. Los proyectos que esperan diversas localidades de la Vega Baja se eternizan ante la falta de un ejecutivo central electo. La falta de consenso en Madrid también perjudica a poblaciones como Callosa de Segura, Redován, Guardamar del Segura y Pilar de la Horadada. Cada municipio tiene sus preocupaciones que se ven ralentizadas por la falta de empuje desde el Ministerio de Fomento o el de Medio Ambiente.

El caso más flagrante es el de la playa de la Babilonia que lleva varios veranos cerrada al público ante la falta de acción del servicio provincial de Costas, que depende del Ministerio de Medio Ambiente. El frente litoral es de titularidad estatal, pero no se pone remedio a la regeneración dunar ni a los cientos de piedras y de sacos de hormigón que los vecinos colocaron hace años para evitar que el mar devorase sus casas de primera línea de playa.

Ante la inacción del ejecutivo central un vecino decidió hace semanas reparar su vetusta vivienda y realizó un movimiento de tierras ilegal. Este episodio se saldó con una sanción ejemplar para que otros propietarios no le sigan los pasos, como ocurrió con las escolleras artificiales colocadas para evitar los temporales.

Este retraso lo pagan los bañistas que no podrán caminar hacia el puerto desde la playa central por la orilla. En el Consistorio se toman con resignación esta espera porque «nos han dicho que hasta que no haya nuevos dirigentes no se va a hacer nada», explicó el alcalde guardamarenco, José Luis Sáez.

En Pilar de la Horadada también se espera una partida ministerial para emprender la regeneración dunar donde cada año el mar se traga miles de toneladas de arena. Desde el Ayuntamiento que preside el socialista Ignacio Ramos se quiere poner una solución pero Costas pasa la pelota hasta que no haya un nuevo responsable electo en el Palacio de la Moncloa.

Al igual ocurre con el desmantelamiento de la vía del tren en Callosa de Segura. El Ayuntamiento espera que se avance en la nueva línea del AVE para crear un sendero cicloturista y adecentar la vieja estación para convertirlo en un edificio público. No obstante lo que más preocupa es el destino del 1% cultural de la obra a su paso por la huerta callosina. El anterior gobierno local previó destinar el dinero al monumento nacional de la Iglesia de San Martín, aunque todavía queda por firmar una serie de convenios que el exalcalde Javier Pérez apalabró con los responsables de Adif, como la mejora del acceso a la futura estación de Cercanías.

Mientras se zanja la cuestión la iglesia arciprestal se agrieta por su muro posterior, algo que preocupa al actual gobierno tripartito. Como también se teme que las obras del AVE finalicen antes de que se forme un nuevo ejecutivo y no se acometan los accesos desde el casco urbano hasta la estación del tren.

Incluso en la Conselleria de Obras Públicas se exasperan por la falta de celeridad del Gobierno de Mariano Rajoy en la apertura de la CV-930 para aliviar la salida natural de Orihuela junto al trazado del AVE. Adif había programado para finales de abril la apertura de este vial que circula de forma paralela a la vía y que evitaría los atascos en el Puente del Rey al dar salida hacia Almoradí a la CV-91. Desde la Dirección General de Transportes se considera que «la obra se ha quedado como una chapuza conforme está», dijo su máximo exponente, Carlos Domingo Soler.

En el caso contrario se encuentra la rotonda de San Carlos en Redován en la Nacional 340, que sí que cuenta con partida presupuestaria a pesar de que los trabajos no se han iniciado. En este punto se espera que el Ministerio de Fomento expropie los terrenos anexos para conectar el polígono industrial y eliminar uno de los puntos negros de una carretera que se ha cobrado infinidad de víctimas. Tal es así que el Estado tuvo que rebajar la velocidad a 60 kilómetros hora para evitar las colisiones en los múltiples cruces que jalonan la carretera desde la salida de la autovía hasta el polígono Puente Alto. El proyecto se encuentra aprobado desde hace meses pero no llega a materializarse.

Sin dinero para el río

La cuestión que más preocupa a las poblaciones por las que pasa el Río Segura es que la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) se ha quedado sin apenas presupuesto para realizar tareas de mantenimiento en el cauce. En Guardamar sufren los recortes del Ministerio de Medio Ambiente, que ha pasado de destinar 2,5 millones de euros a 400.000 euros «solo para las actuaciones más urgentes de limpieza», señaló el primer edil, José Luis Sáez. Incluso el organismo de cuenca giró una notificación al Consistorio para que se hiciera cargo de limpiar la desembocadura. Estas restricciones las sufrió Rojales al tener que enviar brigadas municipales a retirar cañizo del cauce del río que atraviesa el centro del municipio.