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Pilar M. Maciá
Domingo, 12 de junio 2016, 01:08
La falta de entendimimento entre tres grupos políticos posibilitó que hace ahora un año, once concejales, los del Partido Popular, auparan con sus votos a la Alcaldía a su cabeza de lista, Emilio Bascuñana. El desacuerdo, las reticencias a reeditar un tripartito como el que saltó por los aires a los pocos meses de su puesta en marcha en el anterior mandato, o los propios recelos entre concejales, imposibilitaron el acuerdo y con él el cambio de signo político del ocupante del despacho principal del Palacio del Marqués de Arneva. En este tiempo poco más ha cambiado de puertas afuera del Consistorio, y por no hacerlo no lo ha hecho ni el presupuesto dado que sigue en vigor, con sus correspondientes prórrogas, el aprobado -no sin dificultades- en el 2012 por el entonces gobierno encabezado por Monserrate Guillén, quien incluso tuvo que someterse a una cuestión de confianza del Pleno para sacar adelante las cuentas.
El equipo de gobierno actual tardó en aterrizar y esto provocó que se acusara al alcalde de «lento», un calificativo que le acompañó sobre todo durante sus primeros meses al frente de tareas municipales. Pero en los últimos Bascuñana ha compartido protagonismo con otra persona que ocupa uno de los principales puestos del Consistorio, aunque en este caso no es político sino técnico y encargado de fiscalizar la gestión económica municipal. El interventor, Fernando Urruticoechea, se ha convertido en diana de numerosas críticas de los concejales del gobierno local a cuenta, sobre todo de la tardanza en emitir informes preceptivos para aprobar documentos tan importantes como el propio presupuesto, cuya elaboración el PP encargó a finales del año pasado a una empresa externa.
Así, el PP gobierna, pero lo hace en minoría hasta no se sabe cuándo. La incertidumbre política a nivel nacional, el resultado de las elecciones de diciembre y con prácticamente todo pendiente de lo que digan las urnas el próximo 26 de junio, marcan el devenir tanto del oriolano como de muchos otros ayuntamientos españoles, puesto que de ello depende la inclusión de Ciudadanos en equipos de gobierno que hasta ahora prohiben a sus concejales desde la dirección del partido. La formación que preside Albert rivera, candidato a la presidencia del Gobierno, no ha variado su posición a este respecto y rechaza incluirse en gobiernos que no presidan sus concejales. Ante esto la solución adoptada en Orihuela y de la que podría tomar nota en breve el vecino municipio de Almoradí ha sido la inclusión mediante la figura del concejal 'colaborador' de los tres obtenidos por Ciudadanos en las municipales, con lo cual tanto Juan Ignacio López-Bas como Mar Ezcurra y Luisa Boné, con labores de gobierno en distintos departamentos pero sin la firma que siguen ostentando los populares.
Este movimiento realizado en el tablero el pasado mes de febrero ha dado cierta tranquilidad al equipo de gobierno, aunque hay que tener en cuenta que se realizó tras dar a conocer el portavoz del partido de Rivera sus quejas ante el incumplimiento del pacto de gobernabilidad suscrito durante el verano por ambas formaciones y que entre otras cosas suponía sacar adelante asuntos como el presupuesto, el desarrollo del estatuto de municipio de gran población o la reorganización de la plantilla municipal a través de una RPT, temas que hoy por hoy siguen sin estar resueltos. No obstante a los populares pocas veces les han faltado las manos de Ciudadanos en los plenos para sacar adelante los asuntos que han considerado elevar a las sesiones corporativas, pocos si se tiene en cuenta que precisamente la condición de Orihuela como Gran Ciudad permite gobernar desde la Junta de Gobierno y dejar el plenario como un órgano más político que de gestión, salvo para aquellos asuntos que por su calado deben pasar por él.
La participación de esa manera tan sui géneris de los concejales de Ciudadanos llevó a que a los diez meses de formarse, el equipo de gobierno sufriera su primera reestructuración con la cesión entre otras, de las competencias que ostentaba el alcalde en áreas de gran importancia como Urbanismo o Emergencias a compañeros de Corporación.
Pese a ello todavía siguen enconados problemas que llegan heredados de anteriores equipos y que desde el 13 de junio del 2015 son del actual, como es el caso de la gestión del servicio de atención temprana que ahora realiza Dinoco o la propia ausencia de presupuesto. Otros se han resuelto aunque haya sido a medias, como ocurrió con el contrato de la ORA, que se renovó pese a que tanto en el trámite administrativo como en el judicial sigue adelante la reclamación a la mercantil que lo explotó durante los seis ejercicios anteriores y que no aportó ni un euro a las arcas municipales, lo que supone una deuda superior al medio millón.
Bajo perfil político
En lo que a política se refiere no destacan los miembros del gobierno municipal, con un perfil más técnico y con apenas experiencia en esas briegas, por lo que la mayoría de ellos no se siente demasiado cómodo en la arena política. Frente a ellos se encuentra una oposición que ha rebajado el tono con respecto a mandatos anteriores cuando la labor contraria al gobierno era feroz. La socialista Carolina Gracia anunció cuando cogió las riendas de su grupo que no haría con Bascuñana y los suyos lo que hicieron con ella en el anterior mandato, y tomó posesión de su acta de diputada provincial alejándose en cierta forma y dejando el grueso de la labor opositora a sus compañeros de filas, donde solo Víctor Ruiz y Antonio Zapata tienen la experiencia adquirida en los cuatro años anteriores.
A esto se suma un grupo de Ciudadanos que gobierna desde la oposición, como anunció Mónica Lorente que ella haría en su última legislatura al frente de los populares oriolanos y antes de que este partido se dinamitara antes de las elecciones municipales pasadas, que los dos concejales de Cambiemos han llegado de nuevas a la vida municipal y que Pepa Ferrando en Foro Demócrata tiene asuntos judiciales de los que preocuparse además de por su quehacer municipal.
La única renuncia al acta de concejal se ha producido en este año en las filas socialistas, con el abandono del cargo del concejal Francisco Ruiz.
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