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Vista del Palmeral, desde el túnel. :: m. r.
El Palmeral de Orihuela, paraje pintoresco. Una prosa literaria del BOE

El Palmeral de Orihuela, paraje pintoresco. Una prosa literaria del BOE

ORIHUELA, LITERATURA Y PATRIMONIO MIGUEL RUIZ MARTÍNEZ

Domingo, 19 de junio 2016, 09:20

«En las inmediaciones de la población de Orihuela, al pie del monte de San Miguel, existe una extensión de más de sesenta hectáreas; plantadas de palmerales, que forman un verdadero bosque natural de singular belleza y grandiosa perspectiva. La carretera que la atraviesa, la nacional de Murcia a Alicante que la flanquea por poniente y el túnel existente en la misma, ofrecen una panorámica difícilmente superable.

Para que no se menoscabe en lo más mínimo tan bello y atractivo paraje, se hace preciso colocarlo bajo la protección del Estado mediante la declaración de paraje pintoresco»&rdquo

Los dos párrafos anteriores forman parte del Decreto 2262/1963, de 24 de julio, por el que se declara paraje pintoresco nuestro Palmeral. Prosa burocrática la del resto del decreto, pero atención a la bella prosa descriptiva con que se refiere el legislador a unos palmerales que forman «un verdadero bosque natural de singular belleza y grandiosa perspectiva». La carretera nacional y el túnel «ofrecen una panorámica difícilmente superable». E insiste la gaceta oficial: Se trata de paraje muy «bello y atractivo». Precisa y preciosa redacción. Aunque habría que matizar algunas cositas. Por ejemplo, el punto y coma que va detrás de «hectáreas». Creo que no es adecuado ahí. Y el hecho de que el Palmeral no es un bosque natural. No señor. Ni mucho menos. El palmeral es un bosque artificial, artificial. Un constructo humano, un paisaje, una 'coltura promiscua' singular, dibujado con el trabajo del hombre, durante muchos siglos, para sanear y poner en valor agrario una zona pantanosa inmemorial, la del entorno del curso alto de un afluente pequeñito del Segura, el río de las Fuentes, que con el paso del tiempo fue convertido en un azarbe encañado, cañas y palmeras en sus costones, por el que llegaban las anguilas desde el mar, entrando por Guardamar, remontando río arriba entre cañares y cañizares, torciendo a derecha por el Salto del Fraile, hasta las siete fuentes manantiales de Sanantón.

El Palmeral puede y debe verse desde todos los puntos de la rosa de los vientos, y desde su interior. Y desde todos ellos es hermoso. Un palmeral sobre una llanura de almarjal. Un palmeral abrazado por el pequeño piedemonte de las sierras que lo protegen de los nortes. Se puede contemplar desde el Camino de Callosa, cuando salimos del tejido urbano de Orihuela por la Puerta de Callosa. Se puede admirar, andando andando, desde la Senda de Masquefa, que camina paralela a su pequeña acequia. Se puede disfrutar, paseando, desde la vereda del Palomaré, cuando se separa de la senda anterior y camina decidida hacia el bosque de palmeras. Y desde el cauce medio del Azarbe de las Fuentes, que se dirige firmemente hacia el Saltus. Desde el Escorratel, viniendo del Puente Alto, que vadea el cauce invisible de la Rambla de Abanilla. Por la avenida de García Rogel. Y desde tantos sitios más.

Pero el punto de vista privilegiado es el mirador que señala el Decreto, por decreto, si se me permite la ironía. Subamos por la carretera del Túnel desde el Empalme de Abanilla o desde San Isidro; ascendamos, pina cuesta, desde la placeta de la ermita de San Antón. Ya estamos en el plano mirador decretado, cabe a la boca del Túnel. Maravillosa vista del Palmeral, de la huerta enmarcada entre la Sierra de Callosa y las sierras que a su derecha encajonan el Bajo Segura hasta el mar. Vista, panorámica, estampa paisajística que está de la misma calidad, cuando no más, que otras perspectivas singulares de Orihuela: la de la explanada del Seminario; la que hay en la cima del Castillo; la de la Muela, al pie de la Cruz, desde donde definió la Huerta de Orihuela el gran Cavanilles hace más de doscientos años.

El cambio de la luz a lo largo del día introduce matices espectaculares en la contemplación del palmeral. Yo destacaría los amaneceres y los atardeceres, como hace el perito en lunas en varias de sus composiciones, alguna de ellas traída a colación en un artículo de la serie 'Orihuela, literatura y patrimonio'. Y se multiplican los matices de la luz sobre las palmeras, sobre el palmeral en su conjunto, con el paso del tiempo de levante, del tiempo de poniente, del tiempo del norte, con el paso de las estaciones que ruedan a lo largo del año.

Trato, desde hace varios años, de saber quién fue el redactor de esos párrafos descriptivos y oficiales del singular paraje. He preguntado, he leído, he formulado hipótesis, pero hasta el día de hoy no he llegado a ninguna conclusión plausible. Tengo alguna idea cogida con alfileres. Lo que parece claro es que el autor conocía bien el lugar. ¿Algún profesor de literatura? He ido al Ayuntamiento, que por cierto ocupa el palacio del Marqués de Arneva, que fue sede del Instituto Laboral en el que cursé el Bachillerato. En el archivo me han facilitado la fotocopia del acta de la sesión en que la Comisión Permanente queda enterada del Decreto susodicho. Quizá el nombre de los ediles dé alguna pista sobre el autor.

«Acta de la Sesión celebrada por la Comisión Permanente del Excelentísimo Ayuntamiento el 10 de Septiembre de 1963, en el Salón de Sesiones de la Casa Consistorial del Excmo. Ayuntamiento, siendo las diecisiete horas y diez minutos, siendo presidida por el Sr. Primer Teniente de Alcalde D. Antonio García-Molina Martínez, asistiendo los Sres. Tenientes de Alcalde D. Tomás Sáez Díez, D. Antonio Escudero Mazón y D. Manuel Cabrera. No acudieron a la Sesión el Sr. Alcalde D. Luis Cartagena Soriano, ausente en Alicante, por asistir a la sesión de la Excma. Diputación Provincial, y los Ttes. de Alcalde D. José María Payá, D. José Peralta Guillén, y D. Antonio Gil Segundo, estos sin justificación de causa. El Secretario: José María Carbonero García. Asiste el Interventor de Fondos D. José Luis González Martínez de Marco. En el 10º Punto, Asuntos en Tramitación, la Comisión Permanente queda enterada del Decreto 2262/1963, de 24 de julio, por el que declara Paraje Pintoresco el Palmeral de Orihuela (Alicante). Se manuscribe literalmente el citado Decreto. La Sesión se levanta a las diecisiete horas cuarenta minutos».

Pero no llego, no, por ahora, a establecer una hipótesis que me lleve al autor. O a la autora.

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