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Joaquín Andreu Esteban
Miércoles, 29 de junio 2016, 01:52
Vega Baja Acoge presento ayer la memoria de actividades del año 2015 que sirve para hacer un diagnóstico de la situación de la población inmigrante en el municipio. En el acto estuvieron el presidente de la Ong, Antonio Alfonso Sánchez, y la coordinadora de la asociación, Inmaculada Sánchez. Durante el año pasado realizaron 4.750 atenciones a personas procedentes de otros países de las cuales 1.570 fueron para las 876 que por primera vez acudieron a la entidad para obtener acogida, información o asesoramiento.
Además de los datos globales en lo que hicieron hincapié fue en uno de los programas que llevaron a cabo hasta mediados del año pasado y que después de doce meses no han podido continuar por falta de apoyo municipal. Se trata del Proyecto Alondra «que obtuvo buenos resultados por la atención a menores en riesgo de exclusión social durante los tres años en los que se hizo en la calle Arriba», recordó el presidente de Acoge, quien añadió que el objetivo era intervenir social y educativamente en esta calle y en otras adyacentes y en el que participaron 45 familias «porque no se dirigía solo a los menores sino también a las familias y en un entorno de actuación que les era cercano».
El programa acabó hace ahora doce meses pero el Ayuntamiento decidió no renovarlo «al menos hasta la fecha y no sabemos nada de si hay interés por continuar con él», dijeron los responsables de la asociación «pero si alguien quiere saberlo tendrá que preguntárselo a la concejal de Bienestar Social porque nosotros desconocemos los motivos pese a que ha habido diferentes reuniones». Desde Vega Baja Acoge sí quisieron destacar que el barrio iba alcanzando la normalización gracias al Proyecto Alondra «pero este tipo de programas requieren de un largo plazo para que se puedan ver los objetivos», dijo Inmaculada Sánchez. Entre otras cuestiones reseñó que se daba apoyo extraescolar a los menores, se hacían charlas con los padres para conocer su circunstancias familiares o había coordinación con los centros donde los niños cursaban sus estudios para saber su desarrollo educativo «además de que estos tenían un sitio de referencia y no estaban en la calle».
De igual modo ambos representantes explicaron que el programa fue bien acogido entre los adultos y supuso que estos tomaran conciencia de que la calle Arriba era un lugar que iba saliendo de la mala imagen que tenía «pero no se renovó y ha sido una pena que no hubiera esa continuidad que necesita el barrio», lamentaron.
En otro orden de cosas dieron cuenta de las actividades que desplegaron el año pasado y los diversos programas de atención a los inmigrantes puestos en marcha. Así destacaron el de atención social que durante 2015 atendió a 68 familias con la cobertura de necesidades básicas «principalmente referidas a alimentación, el pago de suministros, de comedores escolares o material escolar para aquellas con escasos recursos y que sus hijos pudieran acudir a los colegios en igualdad de condiciones con otros».
De la misma forma Acoge también dio apoyo a unas 25 personas como beneficiarias del piso de acogida que gestionan desde 1995 y en este aspecto explicaron que se trata de dar una primera ocupación a los recién llegados y de forma temporal hasta que pueden valerse por si mismos. Entre los beneficiarios se encontraron familias de países como Malí, Marruecos, Nigeria o Bulgaria.
La mediación laboral es otro de los ejes en los que se actúa con la población extranjera y de este servicio hicieron uso 274 personas con el objetivo de proporcionarles su incorporación al mercado laboral «por eso se les brinda orientación y formación prelaboral así como se les facilita la comunicación entre trabajadores, empresas y particulares», dijo la coordinadora. En este campo lo que sí destacó el presidente fue lo que denominó «segregación vertical». Antonio Alfonso Sánchez dijo que al haber menos puestos de trabajo por motivo de la crisis los empleadores exigen más cualificación pero también han detectado «una segregación de raza según para qué puestos de trabajo. Así piden para el trabajo en la restauración camareras que sean del este, latinoamericanas para el cuidado de familiares o africanos para las tareas del campo», un hecho que consideró el presidente «supone un retroceso en la sociedad».
Aparte de estos ámbitos Acoge también dispone de otros programas de atención específica a mujeres «donde se hace una labor psicológica» y reseñaron que el perfil de las que lo necesitan ha cambiado con los años «porque si antes tenían una sintomatología asociada con su llegada a España y el impacto de tener que abandonar sus países actualmente esta fase se ha superado y los casos son de ansiedad derivada de la precaria situación económica que soportan». Por último en el diagnóstico Acoge ha detectado un incremento en la demanda de familias para atender a adolescentes por las diferentes normas de conducta entre su país de origen y España.
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