

Secciones
Servicios
Destacamos
Pilar M. Maciá
Domingo, 7 de agosto 2016, 00:44
El órgano de la iglesia de las Santas Justa y Rufina no está completo. Le falta un complemento encargado en 1734 por el entonces cura del templo Fernando Ximénez y el canónigo Antonio Palomino, además de por sus electos, y que supuso la creación de unas puertas que protegieran el acceso al mismo. Se trata de una obra en madera policromada que representa una escena religiosa y que, tras analizar varias ofertas, se encargó por 58 libras, 18 sueldos y 8 dineros a Antonio Perales, según los datos sacados de la transcripción realizada por el historiador oriolano Javier Sánchez Portas del documento de adjudicación de la obra que se guarda en el archivo parroquial de Santa Justa para un artículo de la revista de Moros y Cristianos de hacer varios años. De esas puertas solo se conservan las dos principales -se cree que las laterales podrían haber ido a parar al extranjero tras su venta a un anticuario-, y son propiedad del Ayuntamiento de Alicante que las guarda en el Cuartel de Felipe II del Castillo de Santa Bárbara.
El concejal de Patrimonio, Rafael Almagro, tiene la intención de recuperar un elemento que permaneció en Orihuela hasta 1969, cuando, por lo visto, el sacerdote que dirigía la parroquia decidió venderlas al citado anticuario y éste a su vez colocó las dos que se conservan en Alicante por un lado y las otras por otro que se desconoce. Para propiciar que vuelvan a la ciudad el edil mantuvo hace unos días una reunión con el concejal de Cultura de Alicante, Daniel Simón; el inspector de Patrimonio Mueble de la Generalitat, Luis Pablo Martínez; y el director territorial de Cultura, José Antonio López Mira, con la intención de comprobar si había predisposición. El popular aseguró que salió contento de ese encuentro y precisó que «todos tenemos claro qué es lo que se pretende hacer, ahora falta determinar el cómo hacerlo», algo para lo que se han emplazado a seguir adelante con las conversaciones a partir del mes de septiembre.
Almagro aseguró qué él conocía la existencia de estas puertas que protegieron durante siglos el acceso al órgano del templo de las Santas Justa y Rufina antes de ser concejal, y que era uno de los temas pendientes desde que cogió las riendas de Patrimonio Histórico. No obstante admitió que este departamento tiene multitud de frentes abiertos y que la recuperación de las puertas, de las que dijo que necesitan una importante actuación de rehabilitación, -porque incluso tienen un pequeño grafiti en un lateral- no eran en un primer momento una prioridad. El movimiento iniciado hace unas semanas en la página de 'Facebook' que gestiona Antonio José Mazón Albarracín, llamada 'Oriola. Vistas desde el Puente de Rusia', y los muchos comentarios que generaron las publicaciones relacionadas con este elemento mueble hicieron que el edil decidiera intentar mover el asunto y se puso en contacto con el Ayuntamiento de Alicante cuyo concejal de Cultura, Daniel Simón, de inmediato accedió a mantener el encuentro y a empezar a tratar el tema.
Una acción de otra época
Rafael Almagro la califica de «novelesca», pero la marcha de las puertas del órgano de Santa Justa de la ciudad fue, cuanto menos, curiosa. Aunque hace poco más de cuarenta años el patrimonio en 1969 no estaba tan protegido como hasta ahora -desde la promulgación de la ley de 1985-, las circunstancias que rodearon la venta de este bien llaman la atención en tanto que se produjo en un tiempo en el que la Diócesis acababa de trasladarse a Alicante, solo habían pasado diez años desde que el obispo abandonara la capital diocesana, y la iglesia de las Santas Justa y Rufina, hoy Monumento Nacional, todavía no tenía esa declaración. Faltaban tres años y de haber contado ya con ella habría sido imposible realizar la transacción. Aunque probablemente la desaparición de las puertas no tendría tanta contestación social como la marcha del obispo, la operación llevada a cabo por el cura de Santas Justa y Rufina no estuvo bien vista entre los oriolanos de la época, y el concejal de Patrimonio sospecha que la acción llevada a cabo por el sacerdote pudo realizarse en esa fecha para evitar que llegara la declaración de BIC que protege tanto el edificio como su contenido y que a esas alturas ya debería estar en marcha.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.