Ruedas y pedales que marcaron época

La Asociación de Vehículos Clásicos e Históricos La Carbonilla apuesta por dar a conocer la importancia que algunos medios de transporte tuvieron en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo y con ese objetivo ha expuesto en la sede de la Barraca La Gramaera de Redován una colección de bicicletas antiguas que pertenecen a los socios de este club que también se interesa por las motos de época.

En la sala de exposiciones se puede contemplar hasta una treintena de estas máquinas de dos ruedas que fueron un elemento de locomoción usual en la posguerra y también se usaban para diversos trabajos. Miguel Terol, presidente del colectivo, explica que se ha querido rendir tributo «a aquellas máquinas que eran un objeto cotidiano en todas las casas de la Vega Baja y jugaron un papel fundamental en muchos trabajos» y dijo que muchas de las que han recopilado las tienen sus socios, unos cincuenta, fruto de haber buceado en casas de sus familiares o las han recuperado de conocidos que las tenían arrumbadas «porque nuestro objetivo es poner en valor nuestra cultura y tradiciones y las bicicletas fueron más que importantes en esta comarca».

La muestra recoge bicis de todo tipo, desde las que usaban los hombres con una barra en medio del chasis hasta otras que no las llevan para facilitar su uso por las mujeres que vestían faldas. También se puede ver una de niño e incluso otra utilizada por los guardias civiles en sus patrullas por la huerta. «Prácticamente están como las encontramos y a algunas se les ha cambiado cubiertas y poco más para que no pierdan el valor histórico que tienen», relata Terol, quien repasa algunas de las que se pueden contemplar.

Así están las usadas por los carteros, las de afiladores con su piedra de amolar acoplada en la parte trasera, lecheros o de todo tipo de vendedores ambulantes equipadas con cestos en el portaequipajes «donde también se llevaba a las mozas o a los niños», describe este amante de los vehículos clásicos. No faltan las que se han decorado con el cáñamo «porque fue un medio de transporte que se usaba para llevar las fibras que se cortaban hasta las fábricas», explica el presidente de La Carbonilla, quien añade que «al no contar con papeles de circulación como coches o motos no se puede saber de qué año son» pero en otras se puede averiguar la época porque en su frontal llevan chapas metálicas del Ayuntamiento «que las identificaban como que habían pagado sus dueños un impuesto municipal por su uso».

En la exposición no solo juegan un papel destacado estas monturas de dos ruedas porque como complemento hay todo un despliegue de otros objetos de época procedentes de los fondos de La Gramaera y sus casi trescientos socios, inmersos en la celebración de las fiestas patronales de Redován donde el próximo domingo volverán a hacer una exhibición de grama e hilado del cáñamo. Su presidente, Manuel Vera, muestra diversos utensilios usados hace décadas en los hogares de la comarca «y que muchos los jóvenes ni conocen», explicó.

Así es posible ver desde las clásicas máquinas de coser Singer con pedales para su funcionamiento a artesas para hacer el pan o dulces navideños, máquinas que separaban los granos de maíz o radios antiguas, tocadiscos o romanas de pesar desde animales a sacos de víveres. No faltan los consabidos aperos de labranza con legones, arados de hierro que tiraban las mulas o las yuntas para los animales empleados en las tareas del campo. Planchas de hierro que se llenaban de carbón caliente o utensilios domésticos como palanganas completan una muestra que supone todo un homenaje a otra época y las tradiciones de la comarca que La Gramaera se empeña en conservar como parte del legado que pasa de abuelos a nietos.