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Tanto tiempo criticando lo que nadie había visto, y ahora, que ya se puede ver, todos callan. Me refiero a la entrevista de Jordi Évole ... al etarra Josu Ternera. 'No me llame Ternera' es el título del programa que ya está en Netflix, algo que repite el entrevistado, y con el ánimo de meterle el dedo en el ojo (figuradamente) al que fuese dirigente de ETA, es también el título de esta columna. Fue el 21 de diciembre de 1988, cuando ETA mataba mucho, cuando el periodista Pedro J. Ramírez publicó en el entonces Diario 16 una entrevista con la cúpula de ETA. Hubo algunas críticas pero nada comparable a las que sufrió Évole el pasado septiembre, cuando se supo del programa, y cuando nadie lo había visto aún. 'No me llame Ternera' se pudo ver públicamente por primera vez en el pasado Festival de Cine de San Sebastián, con muchos miembros de asociaciones víctimas del terrorismo presentes. El aplauso fue unánime, y tras la proyección de la tarde, Évole mantuvo un estupendo diálogo con los espectadores.

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En 'No me llame Ternera' el tal Ternera pone de manifiesto su desprecio por la vida y sigue callando en algunos temas. La masacre de Hipercor en Barcelona es uno de estos. Ternera no dijo que, previamente al día de la masacre ya se había hecho otra llamada una semana antes, asegurando que iba a explotar una bomba y que desalojasen el centro comercial. No había bomba en esa ocasión, y Ternera pudo comprobar que no se desalojó Hipercor, por lo que sabía que con la siguiente llamada, la de la bomba, tampoco se iba a desalojar, provocando la masacre. Es sorprendente como Ternera en la entrevista no asume ninguna culpa y siempre desvía sus respuestas. Lo que ocurre es que Évole es lo suficientemente listo para dejar a Ternera en paños menores.

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