Directo Un agraciado gana 192.883,96 euros con el Gordo de la Primitiva de este domingo en un municipio de 3.000 habitantes

Estoy convencido de que les ha pasado alguna vez. Van al cine o se disponen a ver una serie y la producción no es como ... ustedes se la imaginaban. Lo digo porque esta semana de resaca goyesca e históricos premios ex aequo, un buen periodista y crítico cinematográfico de un medio generalista sostenía en su crónica posterior a la entrega de los Premios Goya que 'La infiltrada' «no hace ningún análisis sociopolítico, quedando como un thriller descontextualizado». Efectivamente, el largometraje de Arantxa Echevarría, ganador del Goya a la mejor película junto con 'El 47', da mínimas pinceladas del conflicto terrorista, pero es que nunca fue la pretensión de la cineasta. Ella misma reconocía en una entrevista que la película definitiva sobre ETA estaba por escribir.

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De hecho creo que precisamente por eso 'La infiltrada' funciona como un tiro, porque es un 'thriller' que se aprovecha de lo que el espectador ya sabe de ETA para ir al grano y narrar las peripecias concretas de una agente del Cuerpo Nacional de Policía, que logra infiltrarse en la banda terrorista.

Sin apenas acción, Echevarría construye un relato que logra trasladar al espectador el miedo, la angustia, la soledad, la tensión y el desconcierto de una protagonista humana y real, temerosa de que la descubran, que se frustra -la secuencia del asesinato de Gregorio Ordóñez es sobrecogedora-, se envalentona, duda y también flaquea. Y, pese a que toma partido -no cabe ninguna duda de quiénes son los verdugos-, es capaz de señalar las miserias de quienes llevaban la razón.

Me preguntó por qué una película así es menos válida si logra todo lo que se propone y lo que se propone no es poca cosa. Llega a Movistar Plus+ este viernes, pero aún pueden ir al cine a verla. Merece mucho la pena.

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