Expectación máxima ante el esperado lanzamiento de la última película de Bong Joon-ho tras el inesperado éxito internacional de 'Parásitos'. El cineasta surcoreano dio el campanazo en los Oscar, contra todo pronóstico, alzándose con varias estatuillas doradas. Seis años después llega 'Mickey 17', una película de ciencia-ficción con toques de thriller y un sentido del humor de lo más peculiar. Una aventura espacial protagonizada por un Robert Pattinson multiplicado, ya que interpreta a varios clones con su rostro.
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Quienes aún tienen encasillado a este solvente actor en 'Crepúsculo', deberían repasar su filmografía, con algunas actuaciones esplendidas, de 'Good Time' a 'Cosmopolis', pasando por 'The Batman' o 'El faro'. Aquí encarna, mostrando una ingenuidad fascinante, a Mickey 17, un tipo 'prescindible', enviado a colonizar un planeta lejano, pronto le sustituirá un sosias de reemplazo, Mickey 18. Así funcionan las cosas en un mundo hipercapitalista, sin conciencia de clase, pero la idea no convence al peculiar tripulante. La lectura política de este cuento futurista es inevitable. Un trabajador desechable despierta de su letargo y decide plantar cara al sistema. EE UU entra en la producción, junto a Corea del Sur, a partir del libro original de Edward Ashton. Naomi Ackie, Steven Yeun, Toni Collette y Mark Ruffalo completan el reparto principal.
Joon-ho es un realizador virtuoso, capaz de jugar con el lenguaje cinematográfico a su antojo e inducir al espectador sensaciones encontradas. Su nueva apuesta parte de una historia fantástica para derivar hacia el thriller, con escenas hilarantes y guiños al cine social. No faltan el sarcasmo, el humor negro y la ironía, elevando una parábola cuya duración es prácticamente lo único criticable, un mal de nuestro tiempo. Quitando el exceso de metraje, el director oriental se mueve entre géneros con un soltura arrebatadora.
El manejo a su antojo del tono y el ritmo es una de las principales características de su trabajo, con títulos como 'Memories of Murder', un poderoso thriller que ganó la Concha de Plata al mejor airector en San Sebastián en 2003, o la propia 'Parásitos'. 'Mickey 17' pudo verse en el festival de Berlín, donde cosechó críticas mixtas, ninguna destructiva.
'Mickey 17' está rodada en inglés. Joon-ho repite la experiencia, como ya hiciera en 'Okja', su propuesta más infantil, y 'Snowpiercer', filme de acción basado en un cómic que también goza de una adaptación en formato serie en la que figura como productor ejecutivo. El máximo responsable de la recomendable 'Mother' aprovecha la coyuntura para lanzar dardos contra el 'trumpismo'. Las críticas son, por momentos, de trazo grueso, incluso superficiales, pero efectivas. El futuro que describe está dominado por las nuevas tecnologías, detalle que nos suena de algo.
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En un mundo deshumanizado, un millonario cuyos ademanes también no suenan de algo, un oligarca delirante con la cara de un inspirado Ruffalo, experimenta con la genética y compra los cuerpos de algunos desalmados que creen estar colaborando con la ciencia. Detrás de esta maniobra hay un negocio voraz cuyo objetivo es la colonización de otros planetas y explotar al proletariado. Mickey simboliza la clase obrera.
El origen de los clones es un individuo con pocas luces, un muerto de hambre que acaba dando la vuelta a la pirámide jerárquica. Desde abajo le busca las cosquillas a los de arriba. También comprometida con el medio ambiente, antibelicista y utópica, la última película del artífice de la genial 'The Host' apunta a ser uno de los grandes estrenos del año.
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