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Miki Esparbé y Jordi Catalán. Lander Larrañaga
«Mi trabajo con 'Wolfgang' fue proteger la emoción de las páginas a la pantalla»

«Mi trabajo con 'Wolfgang' fue proteger la emoción de las páginas a la pantalla»

Javier Ruiz Caldera estrena en las salas de cine la adaptación de la novela de Laia Aguilar, con Jordi Catalán en su primer papel protagonista

Iker Cortés

Madrid

Sábado, 15 de marzo 2025, 00:35

La vida de Wolfgang, un chaval con un coeficiente intelectual de 152 y trastorno del espectro autista, ha dado un vuelco. Con tan solo diez años, su madre acaba de morir y, pese a las reticencias de su abuela, se va a ver obligado a vivir con su padre, un actor al que hasta ahora ni siquiera conocía. Inevitablemente, los dos acabarán chocando. El pequeño, que va para brillante pianista, necesita rutinas y a Carlos, un intérprete que busca mejorar su posición en la compleja industria audiovisual, le va a costar dárselas, preso de un buen puñado de inseguridades.

Así comienza 'Wolfgang (Extraordinario)', una particular comedia que trata asuntos poco propicios para el humor o la risa como el duelo, la pérdida, el trastorno del espectro autista. Detrás de la película, la primera coproducida por Telecinco Cinema en catalán, se encuentra Javier Ruiz Caldera, el director de buena parte de los episodios de 'Mira lo que has hecho' o 'El otro lado' y de películas como 'Anacleto: Agente secreto' o 'Superlópez'.

Basada en la novela homónima de Laia Aguilar, que también ha colaborado en la escritura del guion junto a Yago Alonso y Carmen Marfà, cuenta el cineasta que leyó la novela y le pareció que «había una película muy poderosa emocionalmente, con mucho sentido el humor». «Mi trabajo, básicamente, ha sido intentar proteger justamente esa emoción de las páginas a la pantalla. Es una película con mucho sentido el humor, pero que a la vez trata temas con una profundidad temática y dramática muy poco habituales y muy poderosos», resume.

Afirma Ruiz Caldera que la película que se estrena este viernes en las salas de cine es uno de sus proyectos más personales. No en vano, los primeros pasos del realizador en el audiovisual desembocaron en 'Treitum' (2001), un cortometraje, la única pieza que ha escrito y dirigido a la vez, protagonizado también por un niño muy especial. «Yo siempre he buscado una historia así, que contara desde la infancia cómo se perciben ciertas emociones, así que hay algo de volver a mis inicios como cineasta y también trata temas que me interpelan directamente, como gestionar la paternidad y otro tipo de emociones».

Para que la cinta llegara a buen puerto era clave la elección del niño que daría vida a Wolfgang. «Decidimos que no empezaríamos a pensar en la película hasta que no lo encontráramos, porque sabíamos que se iba a tener que echar la película a la espalda», apunta Ruiz Caldera. Tras un exhaustivo casting por el que pasaron casi 700 pequeños, apareció Jordi Catalán, un niño de Terrassa que tenía once años (ahora tiene doce) y que sorprendió a los responsables de la historia «por su capacidad de emocionar, su verdad y su sentido del humor», confiesa Ruiz Caldera. A este jovencísimo actor se le ha podido ver ya en 'La última noche en Tremor' y su siguiente proyecto es '8', la nueva película de Julio Médem.

Varios fotogramas de la película. Lander Larrañaga
Imagen principal - Varios fotogramas de la película.
Imagen secundaria 1 - Varios fotogramas de la película.
Imagen secundaria 2 - Varios fotogramas de la película.

Pero fue durante el rodaje cuando cayeron la gema con la que se acababan de topar. «No había tocado el piano en su vida y como no tenía trabajo aprendiéndose todos los textos, quiso además recibir clases del instrumento», destaca el director. «Toco un poco, pero no mucho, lo que pasa es que tenía un doble de manos para las escenas más difíciles», explica risueño el pequeño.

Simpático y divertido, el protagonista de la cinta asegura haber aprendido «un montón de cosas» de su padre en la pantalla, Miki Esparbé. «Me dio muchos consejos y me ayudó mucho. Bueno, todo el mundo me cuidaba. En la secuencia de la playa, cuando tenía frío me tapaban», apunta. «Es que aunque parezca verano no lo era», dice a su lado Esparbé. Pero no todo fue trabajar. «En los ratos libres jugábamos, contábamos chistes y éramos como una gran familia», señala Catalán. «Creo que tenemos el privilegio de ver la primera película como protagonista de Jordi Catalán, pero es obvio que este niño va a convertirse en una estrella», apostilla Ruiz Caldera.

Esparbé, el 'segundo director'

La conexión entre Catalán y Esparbé era vital para que la película funcionara a todos los niveles y eso conllevó mucho tiempo de trabajo y mucha ayuda. «Teníamos a Claudia Costas, que era la coach de Jordi, era como la interlocutora. Siempre estaba conectada a él, no solo en las tomas, sino también entre toma y toma, se trataba de que siguiese estando en personaje, que entendiese todo para colocar las emociones en su lugar», dice Ruiz Caldera, que pronto apodó «segundo director» a Miki Esparbé. «Era el que estaba más cerca del niño y a la vez es tan buen actor y tan generoso que también con sus herramientas ayudaba mucho. Al final hay que estar a merced del niño, porque no tiene el oficio de la interpretación y por lo tanto él juega, pero tiene que ser verdad». Àngels Gonyalons, Anna Castillo y un Berto Romero encargado del alivio cómico completan el reparto.

El resultado es una comedia familiar que no teme tocar temas más delicados. «Es un cine que en España no es tan habitual. Bajo una apariencia ligera y con un protagonista como niño, toda la familia puede disfrutar de su historia, pero hay capas más profundas con temas delicados como el autismo, la pérdida, el duelo, los secretos, los tabúes... Temas que en realidad el niño percibe, porque a veces subestimamos su inteligencia, y que pueden generar conversación».

Precisamente, esa complejidad fue uno de los aspectos que llamaron la atención de Esparbé para enfrascarse en el proyecto. El actor hace hincapié en la «valentía» de dar el papel protagonista a un personaje con trastorno del espectro autista y de su hijo en la ficción destaca «su profesionalidad» en el set. «Es bastante acojonante lo que hace Jordi en la película, porque no es nada fácil. Es una esponja y nunca ponía un 'pero' encima de la mesa, siempre había una predisposición absoluta a todo y eso que tenía parlamentos muy difíciles», comenta. Con tres proyectos ya a sus espaldas, cabe preguntar a Jordi si se ve de mayor trabajando como actor o le interesaría probar alguna otra cosa. «A mí me gustaría mucho ser actor», afirma con una mirada llena de ilusión.

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