Héctor de Miguel

No niega el cómico que durante buena parte de su trayectoria apostó por un humor más bien simplón, que apelaba mucho a la guerra de sexos, aunque sus intervenciones en 'Noche Hache' o 'Estas no son las noticias' dejaban claro su gusto por los espacios donde se daba una visión satírica de la actualidad.

Y entonces llegó 'La vida moderna'. Ante el desparpajo natural de Broncano y el Ignatius más filósofo, De Miguel apenas hacía nada para levantar el programa –él mismo se jactaba de no currar nada–, pero cuando lo hacía, resultaba brillante.

En la Ser vieron el potencial porque desde 2021 presenta 'Hora veintipico', donde en clave de humor, desde una perspectiva de izquierdas y con un talentoso equipo de guionistas desmenuza la actualidad. Son programas de unos quince minutos ágiles y desenfadados, con presencia también en YouTube.

Pero el humor juega con los límites y a veces se pasa de frenada. Ocurrió hace unos días cuando, al hilo de unos tuits de Pitingo, De Miguel dijo: «Txapote ya ha cumplido su deuda con la sociedad, pero Pitingo sigue ejerciendo el terrorismo musical sin pedir perdón a las víctimas. Lo de Txapote al menos era rápido». Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio Ordóñez, afeó el chiste del humorista que, en su opinión, banalizaba a un asesino «orgulloso de serlo». Lejos de esconderse, el cómico pidió disculpas en Twitter y en el programa. Un ejemplo.