El ser humano y sus contradicciones da para escribir líneas y líneas. El pasado sábado, en la retransmisión de la ceremonia de los Goya, algunos espectadores observamos atónitos una sustantiva paradoja. Mientras algunos artistas premiados denunciaban en sus discursos de agradecimiento la necesidad de solucionar ... el terrible problema de la vivienda, la gala estaba patrocinada por Airbnb. Tan desconcertante situación no fue la única digna de análisis en estos tormentosos días donde se llevan los zascas, léase pegar un corte al contrario.
Karla Sofía Gascón está megacancelada mientras Mel Gibson es nombrado embajador de Hollywood. La actriz de 'Emilia Pérez', nominada al Oscar, publicó hace un tiempo unos tuits con pensamientos extremos, absolutamente fuera de lugar, mientras el protagonista de 'Braveheart' se pasó de la raya con algunos comentarios en contra de los judíos. El otrora orgulloso antisemita recupera su esplendor pero a la artista trans, en boca de todos, no se le perdona.
Escribas lo que escribas en las redes sociales, opines lo que opines, bien informado o desde la ignorancia, siempre atrevida, habrá alguien que te señale o te lleve la contraria, con los pies en la realidad o en una inventada. Hay que tener cuidado. En la era de los zascas crece como la espuma la popularidad del Power Slap, un ¿deporte? extremo en auge que me tiene fascinado. Consiste en dar un sopapo más grande que la vida a tu oponente, con todas tus fuerzas, con el cometido de dejarlo completamente K.O. Como el boxeo, pero sin filigranas. Megazascas con la mano abierta. Twitter, qué feo queda llamarlo X, ya tiene su equivalente en carne y hueso, entiéndase la metáfora. El show ya está siendo televisado. Bofetadas reales en prime time. Al tiempo.
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