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10 años de 'El Ministerio del Tiempo': los ministéricos no paran de celebrar
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La serie creada por Pablo y Javier Olivares continúa en el recuerdo de miles de espectadores una década después de su estreno en TVESecciones
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La serie creada por Pablo y Javier Olivares continúa en el recuerdo de miles de espectadores una década después de su estreno en TVECualquier ministérico sabe -sabemos- que los mejores españoles son los que más improvisan, que a la mayoría de genios de este país se les distingue por ser unos pichabravas y que no hay un insulto más contundente que hideputa. Los ministéricos son conscientes de que El Cid es un farsante; Lope de Vega, un ligón; y Velázquez, el más eficaz pintor de retratos robot. Y, por supuesto, celebran que Lorca fuese el que al final ganase o que Cervantes conociese la trascendencia que su obra tuvo. Están informados de que el libro de las puertas fue escrito en el siglo XV, de que existe un mercado de puertas clandestinas y de que la puerta 58 tuvo que ser bloqueada por haber abusado de su uso.
Un buen ministérico debe recordar que reclutar aristócratas para no es buena idea porque solo piensan en sí mismos, que no es posible reescribir la historia y que ningún intruso puede colarse en el presente. Que el Ministerio intervino para salvar a Miguel Hernández en la batalla de Teruel, para que Goya pintase 'La maja desnuda', para que Kirk Douglas y Lola Flores no tuvieran un romance, y para que el 'Guernica' regresase a España. Y que existen puertas emplazadas en el monasterio de Montserrat, en un teatro en Vitoria o en el castillo de Olite, entre otros muchos lugares.
Porque los ministéricos son más que fieles espectadores de una serie, 'El Ministerio del Tiempo', que se estrenó en TVE en febrero de 2015. Son seguidores acérrimos que diez años después recuerdan los nombres de los principales protagonistas -Julián, Amelia y Alonso de Entrerríos- y los vínculos que les unieron. Son defensores a ultranza de la capacidad didáctica que tuvo esta producción y no dejan de pedir su vuelta.
Fenómeno fan
Hay pocos títulos televisivos que cuenten con semejante fenómeno fan detrás. Que incluso posean nombre propio de comunidad -lo de ministéricos-, que era algo, hasta entonces, reservado para producciones americanas emblemáticas como 'Star Trek' -los trekkies-, 'Perdidos' -los losties- o 'Juego de Tronos' -tronólogos-. La capacidad de entrega de su audiencia jamás se había manifestado de este modo con un producto nacional. La ficción de TVE entusiasmó a sus espectadores pero además despertó, durante su emisión, la vena creativa de quienes la veían, que se lanzaban a crear sus propios relatos e ilustraciones inspirados en las tramas y personajes de cada capítulo. Trabajos que siguen reivindicándose tras una década.
Pablo y Javier Olivares, sus autores, se arriesgaron cuando decidieron poner en marcha un proyecto histórico, en el que se iban a revisitar de un modo bien particular acontecimientos como la guerra hispano-estadounidense, la cita en Hendaya entre Hitler y Franco, o la llegada de Colón a América, por citar tres. Porque en estos casos siempre hay alguien que no se encuentra satisfecho con cómo se han trasladado distintos hechos históricos. Los Olivares, sin embargo, recibieron principalmente aplausos. De hecho en la emisión de cada capítulo se convirtían en 'trending topic' distintas figuras y eventos. Y había instituciones -bibliotecas, museos, archivos- que aprovechaban para darse a conocer valiéndose del impacto mediático que provocaban las tramas de la serie de la cadena público.
Gracias a este particular Ministerio Lorca y Camarón fueron virales y Velázquez logró una legión de devotos más allá de sus pinturas. Personajes como Napoleón o Torquemada tuvieron oportunidad de redimirse y de otros, como Benito Pérez Galdós o el Empecinado, descubrimos una doble vida.
Ha sido, sin duda, la serie más relevante de TVE en los últimos años, no solo por su audiencia sino por el eco que conseguía en redes y en la conversación social. Sus datos en la televisión lineal no fueron extraordinarios, pero no se puede decir lo mismo de los del diferido. Pero ninguno de estos atributos sirvió para que el ente público diese luz verde a más temporadas. Y es algo que no se perdona entre sus seguidores, que llevan reclamando nuevos episodios desde que se ofreció el último, en 2020, en plena pandemia. Pero no ha habido suerte. Al menos de momento. Y solo queda opción de revisar alguno de los 42 capítulos ya grabados.
Rodolfo Sancho, Aura Garrido y Nacho Fresneda firmaron, posiblemente, las más notables interpretaciones de sus carreras gracias a esta serie que rescató a otros notables actores como Jaime Blanch o Francesca Piñón, a los que les proporcionó una popularidad que no habían experimentado de esa manera.
Diez años después TVE sigue sin aclarar por qué la canceló y que le impide recuperarla, algo que los ministéricos siguen anhelando aunque el tiempo haya pasado. Siempre se está a tiempo de abrir esa puerta.
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