Sin piedad

La TNT estadounidense no quiso esperar este resultado y provocó un maremoto el pasado jueves. Esta cadena emite en abierto y para todo el gigantesco país un partido de la NBA cada semana. Eligió el duelo entre Milwaukee Bucks y Boston Celtics, los dos primeros equipos de la Conferencia Este. Un partidazo. En teoría, porque el duelo no tuvo color. Los Bucks destrozaron a los visitantes y ganaban de 37 puntos al descanso –al final del partido vencieron por 33 (135-102)–. Ante esta situación, la cadena cortó por lo sano. El partido estaba resuelto y decidió dejar de emitirlo y buscar otro que estuviera en juego que, lógicamente, pudiera dar en abierto y con más salsa. Encontró el Dallas Mavericks-New York Knicks.

Era algo que parecía imposible: dejar un partido a la mitad para dar otra cosa porque la paliza era de órdago. La TNT intuía una huída masiva de telespectadores a otros canales. Es probable que con otros deportes (fútbol americano sobre todo) no se hubiera tomado una decisión tan drástica. En España, en Europa, creo que es imposible. Pero es una muestra de que en la guerra del 'prime time' se han roto muros que parecían imposibles. Cualquier cosa por sumar más televidentes que tu rival. Sea al precio que sea.