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Pau Freixas da indicaciones a Miren Ibarguren, durante el rodaje de 'Los sin nombre'. Movistar Plus+

'Los sin nombre' se hace serie con «alma propia»

Pau Freixas y Pol Cortecans adaptan a la pequeña pantalla para Movistar Plus+ la novela de Ramsey Campbell que Jaume Balagueró convirtió en película a finales de los noventa

Iker Cortés

Madrid

Jueves, 26 de junio 2025, 00:36

De la noche a la mañana la vida de Claudia, una ginecóloga a la que da vida Miren Ibarguren, cambia por completo. Conduce a casa con su hija Ángela, pero un accidente en mitad de la calzada obliga a decenas de coches a detenerse mientras esperan la llegada de una ambulancia. Claudia sale del vehículo para tratar de reanimar a la mujer, sin éxito, pero poco después la niña alcanza el cuerpo de la víctima y tras darle un beso, Laura logra despertarse bajo una incesante lluvia. La noticia no pasa desapercibida para los medios de comunicación que hablan ya de la 'niña milagro' y localizan la enorme casa a las afueras en la que viven madre e hija.

Hasta allí, además de los periodistas, también se acercan curiosos y devotos, lo que no se imagina Claudia es que su hija va a acabar desapareciendo para siempre. Siete años después, cuando las heridas parecen ya cicatrizadas, Claudia embarazada nuevamente recibe una llamada: «Mamá, soy yo, Ángela. ¡Por favor, ven a buscarme!». La médico recurrirá a Salazar, el inspector que llevó el caso tras la desaparición, y a Laura para seguir la pista de la pequeña hasta una secta que podría esconder varias de las respuestas.

Puede que la premisa les suene de algo y eso es porque 'Los sin nombre', la ficción que se estrena este jueves en Movistar Plus+ y que adapta la novela de Ramsey Campbell, ya recibió en 1999 una primera traslación a la gran pantalla de manos de Jaume Balagueró. Detrás de estos seis capítulos como creadores se encuentran Pau Freixas, artífice de 'Todos mienten', y Pol Cortecans, cocreador de 'Mamen Mayo', y guionista principal de una serie que juega con el thriller y lo sobrenatural para dar a luz un drama sobre la pérdida y el duelo menos terrorífico de lo que uno se imagina.

Pol Cortecans y Pau Freixas, creadores de la ficción.

La idea de volver a este universo fue de Fran Araújo, productor ejecutivo de la Ficción Original en Movistar Plus+, que vio una oportunidad el pasado año cuando la película original celebró su 25 aniversario. «Jaume Balagueró y Alberto Marini habían desarrollado una biblia hace unos cinco años que no llegó a buen puerto, pero nosotros teníamos la sensación de que ahí había algo, de que esa premisa podía convertirse realmente en una serie», explica Pol Cortecans. Así las cosas, el tándem creativo recuperó aquel proyecto, lo extendió y le buscó «una identidad propia» para acercarse más a lo que ellos querían contar, utilizando tramas y personajes del universo de Balagueró que ya estaban ahí, pero desconectando completamente de la película. «Durante cuatro años, me dediqué un poco a unir esos puntos y a darle el formato capitular», continúa Cortecans.

La pregunta está clara: ¿en qué les beneficia tener más tiempo para contar esta historia? «Yo creo que en el desarrollo de los personajes», asevera Pau Freixas. «Tener tres personajes, que tienen su propio trauma a raíz de ese acontecimiento común, y ver cómo cada uno de ellos se agarra a la fe de que esa niña pueda estar viva y a los elementos un pelín más fantásticos y paranormales... Ese viaje a la fe te da tiempo a desarrollar esa tesis más subjetiva de cada uno de los personajes», desarrolla el cineasta.

Por otro lado, continúa, está también «el paginar, que es una cosa muy bonita». Al contar con varios capítulos, cada uno de ellos permite un arranque y cerrarlo con un cliffhanger, grandes momentos que al espectador «le dan el placer de algo concreto». «El capítulo de la cabaña, el de la comisaría, el viaje hasta aquí... Recuerda a los capítulos de una novela que se separan por los personajes, las localizaciones o los grandes acontecimientos. Nosotros, de hecho, teníamos como cinco escenas que era un poco la madre de lo que queríamos hacer y que sabíamos que había que invertir esfuerzos de presupuesto, de equipo, de guion y por las que íbamos a pasar», resume Cortecans. «Es que, al final, en un sentido estructural, una serie se parece más a una novela que una película», concede Freixas.

Conscientes del éxito de la cinta original, ambos se acercaron a la obra original con un «respeto máximo e infinito», pero convencidos de que encontrarían su propio viaje. Al final, dice Cortecans, «es también una cuestión industrial. Yo tengo 33 años y ya he visto cuatro 'Spider-Man' y no pasa nada. Todo el mundo tiene el mismo respeto por el personaje. Las historias cambian, se reinventan, se buscan nuevos caminos y todo parte de una novela de los ochenta».

El talento de Miren Ibarguren

Una de las sorpresas más gratas de la ficción es la elección de Miren Ibarguren, una actriz fundamentalmente anclada a la comedia, que demuestra aquí -algo barruntábamos, la verdad- su fuerza y carácter para dar vida a personajes tan dramáticos y atormentados como Claudia. La actriz y el director ya habían trabajado juntos durante el rodaje de 'Todos mienten'. «Tiene un talento increíble -corrobora Freixas- y cuando apareció el personaje de Claudia, escoger a Miren para hacerlo era un win-win». Por un lado, enfrentarse a un papel así iba a hacer que su implicación fuera «aún mayor porque está haciendo un drama, algo que normalmente no le dan». Por el otro, «el espectador también disfruta de la idea de revisitar a un actor en otro registro».

Milena Smit, Miren Ibarguren, Rodrigo de la Serna y Pau Freixas.

Pero el elenco artístico, en el que también se encuentran Milena Smit, Rodrigo de la Serna, Pablo Derqui o Susi Sánchez, no es el único acierto de una ficción visual y sonoramente exquisita. En lugar de aproximarse a la insulsa estética que marcó los dosmiles, 'Los sin nombre', con esos planos lejanos, los zooms y el grano, parece acercarse más al cine de finales de los sesenta y los setenta. «Partimos de 'La semilla del diablo', del universo Polanski, y a partir de ahí empezamos a tirar del hilo, sobre todo con Julián Elizalde, director de fotografía, y Joan Sabaté, director de arte. Hay algo de 'French Connection', pero sin esa cosa compulsiva. Empezamos a meter grano, zooms, encadenados... Se trataba de buscar una sensación un poco como medio realista y un poco medio que te puedes permitir casi todo», cuenta Freixas.

La banda sonora, obra de Arnau Bataller, con esos coros que se mueven entre lo terrenal y lo fantasmagórico, remite a películas como 'La profecía'. «Todos estos factores sumados acaban dando una identidad que creo que es muy importante en los tiempos que corren, con la cantidad de series que hay. Que la serie tenga un alma propia, tanto a nivel de discurso, contenido, actores, personajes, como a nivel estético, para que tú la veas y digas, esto es aquello», sostiene Freixas.

Curiosamente, el género del terror no tiene mucho predicamento en la ficción seriada española. «Desde fuera, yo tengo la sensación de que en el cine, para encontrarte con gente, como evento, hay algo ahí muy guapo y poderoso. Pero en casa es para un paladar muy concreto y las series son muy caras, así que hay que garantizar un mínimo de público. Es verdad que una serie de terror española funcionará y de repente se harán cuatro o cinco, pero entiendo el freno», apunta Freixas. «Es que es un lugar al que te tiene que apetecer volver», responde a su lado Cortecans. «La gente pasa miedo una hora y media, pero no quiere volver al día siguiente. Es café para muy cafeteros, como yo. Somos un nicho y eso pasa en todo el mundo. Al final, Mike Flanagan hace 'La mansión de Hill House' y sabe que lo que tiene que hacer es un culebrón al que ponerle terror».

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