The Bear reabre
Crítica de televisión ·
La nueva tanda de diez capítulos, que funcionan a manera de bálsamo en una serie que juega a poner de los nervios al espectador, reparte el protagonismo a otros miembros del staff culinarioSecciones
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Crítica de televisión ·
La nueva tanda de diez capítulos, que funcionan a manera de bálsamo en una serie que juega a poner de los nervios al espectador, reparte el protagonismo a otros miembros del staff culinarioLa segunda temporada de 'The Bear' adopta la forma de una cuenta atrás. Quedan doce semanas para la inauguración del nuevo restaurante de Carmy (Jeremy Allan White) y el intento de convertir un cuchitril de comida rápida en un bistró aspirante a estrella Michelin se ... antoja una quimera. Aunque no haya todavía una sartén en el fuego, los gritos y las tensiones siguen dominando la serie de Christopher Storer, que en nuestro país emite Disney Plus.
El torturado Carmy, incapaz de separar la vida profesional de la personal, no sabe conciliar su vocación con la estabilidad sentimental. La nueva tanda de diez capítulos reparte el protagonismo a otros miembros del staff culinario. Así, el nervioso primo Richie (Ebon Moss-Bachrach) deja de ser un desastre tras un aprendizaje de dos semanas en un dos estrellas de Chicago, mientras el lacónico pastelero Marcus (Lionel Boyce) viaja hasta Copenhague para alcanzar la perfección en sus postres.
Son capítulos que funcionan a manera de bálsamo en una serie que juega a poner de los nervios al espectador, como si quisiera meterle en una cocina estrecha y atestada a base de planos-secuencia sin fin y diálogos que se solapan. El estilo nervioso y crispado llega a su paroxismo en el sexto episodio, una Nochebuena en flashback con estrellas invitadas como Bob Odenkirk y una Jamie Lee Curtis de matriarca pasadísima de rosca. Agotador.
'The Bear' no es, por fortuna, una serie sobre cocina, aunque en esta temporada haya unos cuantos momentos Instagram. Habla del trabajo que nos devora la vida, del legado familiar, del barrio, de la incapacidad de ser feliz. La banda sonora sigue atrapando a los que ya tenemos una edad (Wilco, REM, Pearl Jam) y los actores están simplemente perfectos.
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