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claudia benlloch
Viernes, 30 de mayo 2014, 20:14
Benimaclet es un barrio distinto. Y no solo porque siga teniendo el alma de ese municipio que fue hasta 1878, o porque no pasó a integrarse en Valencia hasta 1972, sino por el ambiente que se respira.
Conserva mucho de aquel pueblo independiente que fue, con sus estrechas y adoquinadas calles, sus antiguos rótulos o su abarrotada plaza. También resisten sus típicas casas a dos y tres alturas, su mercadillo de los viernes y su ambiente cercano. Es una de las escasas zonas de Valencia en las que todavía pueden observarse las populares sillas sobre la acera, ocupadas por vecinos que comparten algo más que tiempo, y donde en los comercios se sigue utilizando comúnmente el valenciano.
El núcleo urbano tradicional conserva una distribución de calles similar a la de la mayoría de los pueblos de la zona de la huerta de Valencia, con el epicentro en la Plaza de Benimaclet, aunque entre los vecinos del barrio es más conocida como plaza de la iglesia. Pese a tener más de cinco siglos, sus campanadas siguen marcando el ritmo de la vida de todos en el barrio, y los tres escalones que tiene su puerta principal se han convertido en el punto de encuentro de los jóvenes que ahora inundan el antiguo pueblo.
No es en la parte más nueva, sino en esta plaza, donde se encuentra el centro neurálgico del barrio, que mezcla el ambiente estudiantil con la Valencia de siempre, de lhorta. Tiene una apariencia pequeña y acogedora, como la de cualquier plaza de pueblo, pero a la vez tiene un toque cosmopolita en el que la cohesión es tal que pueden verse vecinos de boina y bastón intercambiando opiniones sobre política con jóvenes asiduos de El Glop, uno de los bares más conocidos y que está en la misma plaza.
Guía
PATA NEGRA c/ Barón de San Petrillo, 3
CASA CLEMENCIA Av/ Primado Reig, 179
L'ESPLAI c/ Barón de San Petrillo, 6
LA TASKA SIDRERÍA Av/ Valladolid, 5
A LO CUBANO Calle Maestro Caballero, 7
XINGÚ c/ Guardia Civil, 22
EL PESSIC c/ Rvdo. Rafael Tramoyeres, 3
LOLA TE LLEVA AL HUERTO Doctor Vicente Zaragozá, 21
EL CARABASSER c/ Rvdo. Rafael Tramoyeres, 35
LA TAPETA c/ Doctor Vicente Zaragozá, 68
QUINTO Y TAPA c/ Dolores Marqués, 27
EL BAR DE LOS MONTADITOS GRATIS Av/ Valladolid, 24
EN BABIA c/ Rvdo. Rafael Tramoyeres, 6
KAF CAFÉ c/ Arquitecto Arnau, 16
CAFÉ CRONOPIO c/ Barón de San Petrillo, 46
EL LONDON c/ Enrique Navarro, 8
LA TRACA c/ Enrique Navarro, 15
TANTAM c/ Poeta Emilio Baró, 20
LA GRAMOLA c/ Barón San Petrillo, 9
LOCA BOHEMIA c/ Enrique Navarro, 8
CA PETRA c/ Barón San Petrillo, 56
TULSA CAFÉ c/ Juan Giner, 11
LA OLA FRESCA c/ Músico Magenti, 11
LA CASONA 1870 c/ De Greses, 4
Pero por cada cosa que ha conservado, ahora tiene otra nueva. El aroma rural, cálido y confortable que desprende, se alía en las calles de este distrito con referentes de una gran ciudad. Música, monólogos, teatro, debates, exposiciones, ciclos formativos, talleres Benimaclet vibra cuando de cultura se trata, cada vez hay más movimiento, y eso que todavía se está gestando.
Hervidero cultural
Con el crecimiento urbanístico de la zona, sumado a la nueva proliferación de jóvenes y extranjeros que se han mimetizado con él, Benimaclet es ahora un barrio con una gran diversidad cultural, una especie de hervidero que mezcla la tradición, la multiculturalidad y el mundo alternativo. Pero lo más interesante es la forma en que todas se fusionan. Y eso se traslada al día a día en el barrio en una oleada de comercios, nuevos o de toda la vida, que representan muy bien la esencia del distrito.
Claro ejemplo de ello es Pata Negra, un pequeño restaurante que exuda miscelánea por los cuatro costados, desde su decoración curiosa y caótica hasta la oferta culinaria. Aunque es conocido por su cocina española, es el vivo reflejo de un eléctrico barrio en el que la mezcla se convierte en unidad, donde podemos encontrar desde gazpacho manchego hasta pollo a la jamaicana.
Una oferta multidisciplinar
La diversidad se hace patente en toda la propuesta culinaria que ofrece el barrio, donde los bares y restaurantes de cocina española de siempre, como Casa Clemencia , cohabitan con otros más nuevos, desde la hamburguesería LEsplai hasta la sidrería La Taska , con su amplia variedad de gastronomía del norte.
El ambiente multicultural hace que también podamos disfrutar de cocina internacional de todo tipo. Cubana en A lo cubano, brasileña como en Xingú , francesa en El Pessic , incluso vegetariana y macrobiótica como en Lola te lleva al huerto. Sin olvidar, claro, el gran recibimiento que han dado los vecinos a los ya conocidos kebabs.
Debido al importante porcentaje estudiantil ha habido una explosión de montaditos, con una oferta más elaborada en El Carabasser y La Tapeta, o acompañando de manera gratuita a los quintos de cerveza en el caso de El Quinto y Tapa o El Bar de los Montaditos Gratis. Haciendo frente a la franquicia 100 Montaditos, que también tiene un local en Benimaclet.
Los cafés literarios también han proliferado en el barrio, como En Babia, Kaf Café o Café Cronopio , lugares de ambiente distendido en el que tomar algo disfrutando de una charla agradable o cenar, y que han conseguido echar fuertes raíces en el barrio. Estas ofertas de lectura coexisten a la perfección con las librerías de siempre como La Traca , con una gran oferta de literatura infantil y en valenciano.
También se han vuelto típicas las terrazas acomodadas en patios internos de planta baja, muy agradables con las paredes totalmente decoradas como en Tantam o repletas de plantas en En Babia o Pata Negra. Para tomar algo al aire libre todo el año.
Acogiendo buena parte de la cultura underground que brota en la capital valenciana, en muchos locales además de libros encontramos una oferta multidisciplinar que encanta a los vecinos. Juegos de mesa, tertulias, exposiciones, actuaciones en directo y hasta proyecciones de películas. Es el caso de La Gramola Café, El London , Loca Bohemia, Ca Petra, Tulsa Café o La Ola Fresca , por ejemplo, entre muchos otros.
Protegiendo sus raíces
El barrio ha sabido también reconvertir sus edificios más antiguos
contribuyendo a su mantenimiento. Como La Casona, un salón de té cocktelería que abrió sus puertas en una alquería que data de 1870, y que ofrece en exclusiva un cóctel afrodisíaco conocido en el distrito, llamado 'agua de beni'.
El mercadillo de los viernes continúa siendo una tradición matutina para los vecinos. De visita obligada si se quiere conocer el espíritu de este barrio, sigue siendo muy popular, y atraviesa el casco antiguo prácticamente de punta a punta con su amplia y variada oferta comercial.
Benimaclet ha sabido respetar muy bien los comercios de toda la vida a la vez que ha abierto la puerta a otros nuevos. Frente a una ciudad en la que se vacían locales comerciales, el barrio ha crecido y se ha transformado. Ha aparecido un Benimaclet que todavía está asimilando los cambios pero que se niega a perder sus arraigadas tradiciones y valores de convivencia, herencia del viejo poblado de huerta que antaño fue. Y esa mezcla de tradición e integración se palpa en sus calles con aroma de pueblo pero sabor a ciudad, que le dan al distrito un carácter único y lo convierten en un barrio en auge que se plantea como alternativa a otros, como El Carmen o Ruzafa.
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