«El poco aire que permanecía apestaba, viejo, y ácido / con humo de obuses y el olor de hombres / que habían vivido allí años, y que dejaron su maldición / en aquel lugar, / si no sus cadáveres», así describía el poeta y soldado inglés, Wilfred Owen, los horrores de la Primera Guerra Mundial. En zanjas y escondido también vivió uno de los poetas españoles más conocidos, Miguel Hernández: «(...) Herido voy, herido y malherido, / sangrando por trincheras y hospitales.»
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Bajo un búnker y entre trincheras se encuentra Villargordo del Cabriel. Un pequeño municipio situado en la Plana de Utiel-Requena, sobre un llanura suavemente ondulada. Cercado por un valle de fuertes pendientes y cañones. Con una profunda hoz como separación natural entre Castilla la Mancha y Valencia. Territorio de combates durante la Guerra de Sucesión, la de la Independencia, las Carlistas y la Guerra Civil. Y el lugar perfecto para las trincheras. Zanjas que, varias décadas después, forman parte del Patrimonio Histórico del municipio y sirven para recordar estos períodos tan importantes de la historia de España.
El avance de la Guerra Civil (1936-1939) por la provincia de Valencia dejó en Villagordo un gran entramado militar formado por varios conjuntos de trincheras. Aunque, la desviación del frente hacia Teruel provocó que muchas de las estructuras de este sistema defensivo no llegaran a completarse y fueran abandonadas antes de que la sangre corriese por la tierra. Ahora, de todo aquello que continua en pie se puede apreciar el modelo de ingeniería militar de principios del siglo XX y anteriores, además de poder entender el sistema de construcción paso a paso.
Las trincheras de Contreras se utilizaron por primera vez contra los franceses durante la Guerra de la Independencia (1808-1814). Según los especialistas, estos vestigios fueron construidos durante la primera mitad del siglo XIX después de la invasión francesa. Durante esta época, los documentos históricos señalan que las tropas españolas se situaban defendiendo la línea del Cabriel de las tropas napoleónicas en las proximidades de Contreras, según cuentan en uno de los paneles informativos de las ruinas. Y es que desde aquí, se divisa todo el Puerto de Contreras.
Estas zanjas de Contreras también se utilizaron y renovaron durante la 3ª Guerra Carlista (1872-1876). Todas ellas se encuentran en puntos estratégicos con visión sobre el territorio de forma que se convertían en puntos de control del paso entre Castilla y Valencia. Y es que, a lo largo de estas guerras en todo el territorio que rodea Villargordo del Cabriel hubo batallas, contiendas, saqueos y el paso de tropas carlistas e isabelinas era continuo. Pero, en los albores de 1874, las Cuestas y el Puerto de Contreras fueron escenario de una de las acciones militares más importantes de la región que quedaron marcadas sobre el territorio en estas estructuras militares, cuentan en los paneles.
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Además, durante la Guerra Civil estos parajes se convirtieron en la vía de comunicación entre Madrid y Valencia lo que favoreció la modificación de estos antiguos restos militares y la necesidad de construir nuevas estructuras defensivas, ahora décadas después, restauradas y convertidas en un bien de carácter arquitectónico militar y de interés etnológico.
A través de un pequeño sendero de montaña que tiene su inicio desde el municipio se llega hasta este conjunto defensivo de las trincheras de Contreras, abiertas al público y escondido entre los árboles y matorrales del Valle del Moluengo. En la meseta existen tres conjuntos más de trincheras y un búnker, así como una torre de telégrafo visual catalogados de la Guerra Civil.
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En la belleza natural del Parque Natural de las Hoces del Cabriel reside el principal atractivo de Villargordo. El sendero PR-CV299 de 16,1 kilómetros de distancia, y de cinco horas, recorre de forma circular la Sierra de Rubial, situada al sur del término municipal. Desde la entrada al casco urbano, esta ruta pasa entre caminos agrícolas y pistas forestales y recorre el espectacular paraje de los Cuchillos de Contreras y el Embalse de Contreras o el antiguo camino Real a Madrid y permite ver las vistas de postal del río Cabriel desde el Mirador de la Peña Blanca. Alrededor del Parque Natural hay varias rutas adecuadas para todos los niveles, y con gran variedad de visitas -cultural, ocio y de turismo rural-, pero esta en particular es interesante ya que llega también hasta los restos de las trincheras, el búnker y las antiguas torres del telégrafo del siglo XX.
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