JUAN ANTONIO BOLUDA
Jueves, 16 de enero 2025, 23:13
Cuando lo cuentan, la gente que lo escucha siempre tiende a pensar que se exagera. Hasta que lo ven. En este rincón de la Vall d'Albaida llamado Benigànim, todo lo que tiene que ver con la Beata Inés parece estar revestido de una gracia especial, suena a mágico. Y lo es. Porque en Benigànim la Beata es la mujer, el personaje, los cuadros e imágenes, la fiesta, un lugar... es parte del calendario. Benigànim cuando celebra a la Beata no es un pueblo, es una utopía; una rareza de nuestra época, un fenómeno fuera de tiempo y lugar, que nos hace especiales.
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Nueve intensos días de celebraciones, que este año predica don José Antonio Varela Ferrandis, hijo de Paterna que actualmente rige la parroquia de la Asunción de Benimaclet, y que tendrán su final la tarde del día 20 de enero, justo antes del día grande. En esta ceremonia, se impondrán los escapularios y medallas a los miembros de la Comisión de fiestas de 2025. Terminada la Misa el incienso, la cruz, los ciriales y las miradas se dirigirán hacia el sepulcro de la Beata para cantarle los gozos y gritarle los vivas de rigor.
Más tarde en la plaza otro humo, pero ya no el del incienso, sino el de la hoguera lo llenará todo. Música, fiesta, ruido, cohetes y el pasodoble cuya letra canta 'Benigànim es glorioso'. Es la víspera de un día especial.
Como cada 21 de enero, las horas transcurren rápidas. Desde la casmedallas a losa de los festeros mayores se iniciará la Despertà de l'Aurora. Los retablos cerámicos devocionarios que adornan algunas calles despertarán oyendo oraciones en forma de cánticos. Porque la fiesta más importante sigue siendo la religiosa. La placidez de la despertà la interrumpen las campanas que llaman a las Misas de siete y ocho de la mañana, así como la despertà de Tronaors, el pasacalle de los músicos y la recogida de las festeras en sus casas. A la salida del sol, las calles se irán animando. Autobuses, peregrinos, vecinos, almuerzos populares, las calles de la procesión que terminan de prepararse para dirigirse a la plaza de la Beata, donde está el monasterio de las Agustinas Descalzas en el que vivió la Beata hasta su muerte el 21 de enero de 1696.
Preside la plaza la fachada principal de su iglesia, su frontispicio será el marco de un improvisado altar para la Solemne Misa que se cantará en honor de la Beata. Tras la ofrenda floral y la monición de entrada que leerá la presidenta de la Comisión de fiestas, Àngela Cuquerella, Dará comienzo la procesión de entrada de los celebrantes. Presidirá la ceremonia el obispo emérito de Huelva don José Vilaplana.
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Tras un medio día envuelto por una engañosa calma, empezará a verse movimiento hacia el monasterio, en cuya iglesia no habrán cesado las oraciones, ni tampoco las visitas, ni las velas prendidas a los pies del sepulcro de la Beata. A las cinco de la tarde el entorno del monasterio volverá a ser un río de devoción. Dará inicio la procesión que recorrerá las calles decoradas con telas, guirnaldas, flores, lámparas, alfombras, plantas, toda suerte de adornos, imaginación, trabajo y fantasía para no perder la costumbre. Y como no, 'El Milacre'.
Los beniganenses, vestidos para la ocasión, están inmóviles y parecen cuadros, recreaciones de la vida y espiritualidad de la Beata que parece revivir en cada una de esas escenas. Es una costumbre que se hereda y además hay algo de devoción, de promesa, de amor. Cuando la gente en Benigànim adorna sus calles y escenifica los milagros no lo hacen por costumbre, ni por turismo o engrandecer un patrimonio cultural, lo hacen por ella. Así lo sienten, es una manera que tienen de demostrarle su cariño, de hablarle. Por eso emociona tanto a los de fuera, no es lo que ven, es lo que se transmite. La imagen procesional de la Beata, talla en madera policromada de Carmelo Vicent que llegó a Benigànim en 1955, cierra la marcha. La preceden los festeros, la sigue el clero, las autoridades y los músicos. Estos últimos la acompañan con marchas, entre ellas la Imus ad lucem, que fuera escrita para esta procesión. Otra muestra más de la riqueza cultural de esta fiesta. Arte, arquitectura, literatura, poesía, música.
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Será el de este año un 21 de enero extraño, pues no será la fiesta grande, sino la puerta de unas celebraciones extraordinarias y solemnes que Benigànim realizará a partir de ese día para conmemorar con una grandiosa fiesta el próximo domingo 9 de febrero los 400 años del nacimiento de la Beata Josefa María de Santa Inés, la santa de Valencia.
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