BIOPARC Valencia impulsa el compromiso colectivo por «Una sola Tierra»

Nos encontramos en punto hasta ahora desconocido por la humanidad, lo que ya se ha denominado como «Sexta extinción masiva». Por primera vez, una de las especies que habita la Tierra, la humana, está provocando la destrucción global del medioambiente y la pérdida sin freno de biodiversidad. Nos enfrentamos, en este sentido, a un punto crucial donde nuestra propia supervivencia depende de un cambio radical en nuestra relación con el entorno que motive una modificación de esta tendencia. En esta coyuntura, la conmemoración del Día Mundial del Medioambiente nos permite alzar la voz hacia la conservación de nuestro planeta y hacer un llamamiento unánime hacia la urgencia de «pasar a la acción». Cuando se cumplen 50 años de la designación por las Naciones Unidas de esta efeméride el 5 de junio, el tema «Una sola Tierra», tiene más significado que nunca en un mundo globalizado.

Desde la premisa de que «no hay tiempo que perder», BIOPARC Valencia nació con el objetivo de preservar la naturaleza actuando paralelamente en una doble vía: proteger a las especies en peligro de extinción y provocar un cambio en la sociedad. Educar, concienciar, difundir, informar y movilizar a las personas para que «tomemos partido» en este reto transcendental de nuestro futuro conlleva gran parte del trabajo de BIOPARC. Y, al mismo tiempo, preservar a las especies amenazadas y sus valiosos hábitats. Para ello, desde Valencia se participa activamente en 45 programas de reproducción de especies en peligro de extinción. Un desafío que solo puede abordarse coordinando internacionalmente el esfuerzo común de muchos profesionales. Gracias a ello, hoy en día hay «motivos de esperanza» al valorar los positivos resultados de actuaciones sobre especies tan emblemáticas como gorilas o chimpancés y otras muy desconocidas como los bongos o las gacelas Mhorr. Esta última llegó a desaparecer de su hábitat y, en estos momentos, este bello animal puede volver a verse en varios proyectos del norte de África donde se ha reintroducido.

Gorilas y chimpancés, grandes primates como los humanos con los que compartimos la gran parte de nuestro ADN, están en situación crítica. Y, sin duda, solo nosotros podemos salvarlos. BIOPARC alberga sendos grupos que, en los últimos años, han dado grandes alegrías con el nacimiento de crías que podemos contemplar para admirar esa belleza salvaje que debemos proteger. Entre todos hay un testimonio que destaca por su emotividad y, sobre todo, por su dificultad, la del bebé «huérfano» Djibril que fue «adoptado» por la familia de chimpancés de Valencia. Todo comenzó en BIOPARC Fuengirola y, tras muchos meses de esfuerzo y dedicación, llegó ese «final feliz» y hoy podemos verlo jugar con su «hermano» Coco. Historias de superación y de éxito frente a la adversidad que inspiran a mirar el futuro con optimismo respecto a lo que somos capaces de cambiar si nos unimos por un fin común. Con esta misma ilusión se desarrolla la actividad de otra parte fundamental en la conservación, la de la Fundación BIOPARC y su participación en numerosos proyectos de preservación de especies amenazadas en los llamados «puntos calientes de la biodiversidad». Verdaderos tesoros de naturaleza que no podemos permitir que desaparezcan pues albergan una valiosísima vida.

La ONU destaca en esta efeméride del Día Mundial del Medioambiente «la necesidad de vivir de forma sostenible, en armonía con la naturaleza, a través de cambios sustanciales impulsados por políticas y elecciones cotidianas que nos guíen hacia estilos de vida más limpios y ecológicos». En BIOPARC este compromiso se ha ido integrando en su gestión interna y en la prestación de sus servicios. Los sistemas más novedosos han permitido aplicar la máxima eficiencia energética, minimizar el consumo de bienes tan necesarios como el agua o eliminar los productos químicos en los tratamientos acuáticos o fitosanitarios. También la reducción y reciclaje selectivo de residuos posibilitan a BIOPARC generar su propio compost. Igualmente se convirtió en el primer parque en eliminar completamente el plástico en todos los enseres y utensilios de sus restaurantes sustituyéndolos por elementos biodegradables y comportables, adelantándose a las directrices europeas.

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