Una fondue en mitad de la nieve

Todo comenzó la pasada temporada, con la intención de crear algo novedoso con lo que sorprender a los esquiadores y llamar su atención. Para ello, la prestigiosa estación suiza de Gstaad utilizó su pista Schlittmoos, justo encima de Schönried, situada a unos 15 minutos del centro del pueblo. En medio de ella situó una fondue, a la que hasta ocho personas pueden acceder para disfrutar de la gastronomía de la zona tanto en invierno como en verano.

Pocos meses tardó la idea del centro suizo en lograr los primeros adeptos, maravillados por la posibilidad de pasar un buen rato disfrutando de unas magníficas vistas. Tan exitoso ha resultado para los visitantes que recientemente se ha instalado una nueva cabaña con forma de fondue.

En esta ocasión, la Fondueland Gstaad como se denominan las ollas de la estación- se trasladó en helicóptero hasta su ubicación, el monte Wispile.

También en verano

Disponibles durante todo el año, su acceso no se limita a trineo, raquetas de nieve o esquís. La bicicleta o la entrada a pie son otras de las posibilidades que ofrece Gstaad para disfrutar en unas cabañas que durante la época de verano se encuentran destapadas, para poder sentir aún más cerca la naturaleza.

No cualquier persona puede utilizar estas ollas. Para tener la posibilidad de entrar en ellas, será necesario reservar con anterioridad en los cuatro lugares que forman parte de esta irrepetible experiencia o uno de los hoteles del resort. El usuario que así lo desee, recibirá una mochila con todos los ingredientes necesarios: la fondue, un espectacular pan del que se hablan maravillas, especias, platos, tenedores y una olla para prepararla.

Además, desde Gstaad se ofrece la posibilidad de elegir entre dos tipos de fondue. Una tradicional de espesor, cuyo precio es de unos 17 euros, y otra de trufa, que sale por 20 euros. Esta última, especialmente sabrosa, preparada por el Dairy Schönried, un destino ideal para los paladares gourmet en Suiza.

Una experiencia considerada como un placer nostálgico por el centro invernal y que en tan solo un año ya ha logrado convertir la idea en todo un éxito. Hasta el punto de crear otro nuevo punto de encuentro para esquiadores con ganas de disfrutar de una excelente fondue disfrutando de buena compañía y unas hermosas vistas. Sin duda, todo un momento único entre la nieve suiza.