Regreso al verano de los 70

Desde hace tiempo, las vacaciones de verano en el Tirol del Sur son diferentes. Lugares desangelados, un fuerte calor desde el amanecer y una mítica estación de esquí sin usuarios en su interior disfrutando de horas de nieve cada día. Algo que entra dentro de la lógica, si no fuera porque se trata del centro de montaña Val Senales, donde se encuentra uno de los glaciares más famosos de Europa.

Un lugar al que cada año, desde la década de los 70, se desplazaban miles de apasionados por la nieve en los meses estivales. La tradición, que acogía tanto a profesionales del esquí como a algunos principiantes, los llevaba hasta superar los 3.200 metros sobre el nivel del mar en una manera diferente de combatir el calor de los peores meses del año.

Este plan, perfecto para las vacaciones de verano, dejó de ser rentable recientemente. Y como consecuencia, en enero de 2013, la estación anunció que no se volvería a abrir, que el de 2012 había sido el último. Una triste noticia para muchos, incluidos clubes y equipos nacionales, que utilizaban la nieve del glaciar de Val Senales cada año para entrenar.

Nueva dirección

El cambio de dirección en la estación alpina a principios de 2014, con la familia Schröcksnadel representada por Peter y Markus- y el grupo editorial Athesia a la cabeza, han provocado múltiples cambios e innumerables reformas en todas sus instalaciones. Con ello buscan atraer nuevo público. Y no sólo en invierno, puesto que han anunciado que este 2015 volverá el esquí durante los meses de verano.

Será durante todas las mañanas entre el 12 de junio y el 12 de julio. Val Senales ofrecerá a los asistentes las pistas Grawand y Finai, que permanecerán abiertas entre las 7.30 de la mañana hasta las 12 horas. Un lapso de tiempo en el que se podrán disfrutar los 30 kilómetros de esquí veraniego, además de otros cinco destinados a esquí de fondo y pistas para trineos.

Tres años después de ofrecer la última gran experiencia sobre la nieve, se podrá volver a disfrutar. Una gran iniciativa de los nuevos propietarios, que consiguen retomar una de las grandes tradiciones de verano en el Tirol del Sur. Uno de los lugares favoritos para muchos esquiadores que, con ello, pretenden volver a los veranos de 1970.