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juanjo gonzalo
Viernes, 5 de febrero 2016, 14:34
Está considerado, desde hace años, como uno de los mejores dominios del sur de Europa. Sus múltiples actividades y opciones para disfrutar del Pirineo son algunas de las claves que ofrece Grandvalira a todos los amantes de los deportes de invierno. Enclavada en una situación privilegiada y única, la estación andorrana no deja de sorprender a los usuarios con mejoras cada temporada.
Sus más de 200 kilómetros de pistas la convierten en un lugar ideal para todo tipo de esquiadores. Desde principiantes hasta grandes expertos, pasando por todos aquellos que disfrutan descendiendo por los fuera de pista. Allí, en el centro invernal más grande del sur de Europa, se puede encontrar de todo.
Una máxima también aplicable a la gastronomía. Desde la estación del Principado de Andorra la oferta es inigualable. Cualquier opción es buena para degustar el paladar en espacios únicos como una cabaña de piedra y madera, o espacios únicos en las pistas que ofrecen alternativas para todos los gustos.
Entre los lugares más de moda se encuentra Cala Bassa beach Club, situado en Pas de la Casa y capaz de trasladar a todos sus clientes a la esencia de Ibiza. Un Snow Lounge que desde 2010 lleva a Grandvalira la cocina mediterránea que se elabora en el CBbC Restaurant de Ibiza con novedades muy pirenaicas. Cuenta, además, con un servicio de terraza con mesas, hamacas y sofás ambientado con la música de un DJ que hará sentir a los usuarios una sensación única.
Vistas panorámicas
No hace falta moverse de sector para llegar a otra de las joyas de la estación, en las que apreciar el Pirineo francés y el español con vistas de sus picos más altos. Situado a cerca de 2.500 metros de altitud, Coll Blanc cuenta entre sus especialidades con magrets, calderetas y confitados con una cocina francesa desenfadada que hará las delicias del esquiador. Más aún gracias a su estructura, pues es un restaurante panorámico.
Excelente comida en una cabaña
Con más de 25 años entre fogones en la montaña encontramos el precioso Refugio del Llac de Pessons, donde la alta cocina se une con uno de los lugares más idílicos del Principado de Andorra. Comida tradicional, como la escudella o el trinxat, y las mejores carnes a la brasa con ternera de wagyu y arroces de montaña para disfrutar de una gastronomía excelente en un una cabaña de piedra y madera, antiguo albergue de montaña.
Pero no todo es comer, y cada vez son más los amantes de esa buena costumbre que en las estaciones de esquí se denomina Apres Ski. Una manera de divertirse tras pasar unas horas descendiendo las pistas. En Grandvalira, el Vodka Bar hace tiempo que se ha convertido en uno de los reyes.
Inaugurado en el año 2013, allí se puede disfrutar de un espacio único y privilegiado, situado en plena naturaleza. Su decorado ha sido diseñado por Lázaro Rosa-Violán y no hay mejor lugar para degustar su colección de vinos, champán y vodkas. Es una propuesta pensada para los esquiadores más gourmets.
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