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CHEMA FERRER
Viernes, 14 de mayo 2021, 00:50
A finales de abril arrancó la campaña de la clóchina valenciana con unas buenas expectativas que ahora se confirman una vez puestas en el mercado. No se prevé una gran variación en la producción de las 22 bateas ancladas en los puertos de Valencia y Sagunto: serán en torno a las 1.200 toneladas, aunque lo que sí que ha sido llamativo de la temporada es el extraordinario buqué y buen tamaño de su carne que presentan. Así, la clóchina de Valencia ya está disponible para los consumidores en los mercados, pescaderías y grandes superficies, eso sí, siempre teniendo en cuenta a la hora de su adquisición, bien en su formato tradicional o como 'clóchina limpia', que el saco posea la marca de calidad otorgada por la Generalitat Valenciana, garantía ante la oferta de otras procedencias foráneas y de menor calidad.
Es habitual que en ocasiones se ponga en el mercado clóchinas de otras procedencias que se disfrazan con etiquetas muy llamativas con 'senyeras' valencianas y logotipos falsificados que llevan al engaño del consumidor.
La clóchina es un cultivo, algo así como plantar semillas, cuidar del crecimiento de los moluscos y luego proceder a su recolección en los últimos días de abril, siempre atentos al calendario lunar , en concreto entre la luna llena de abril y la menguante de agosto. El origen de esta actividad en tierras valencianas se remonta al siglo XIX, cuando en el puerto de Valencia se instalan las bateas clochineras, auténticos barcos amarrados al fondo y con una cubierta modificada para las labores de la clóchina. La singularidad de este bivalvo valenciano con respecto al de otras partes del Mediterráneo o a su primo hermano el mejillón, reside en la salinidad de las aguas donde crece y a su estacionalidad, ya que en Valencia llega ahora a finales de abril el tiempo de su sazón.
Hay que tener en cuenta también, para su diferenciación, el estudio que realizó el Departamento de Tecnología de los Alimentos de la Universidad Politécnica de Valencia, situando el molusco valenciano por encima del mejillón del Delta del Ebro y de Galicia en aroma, sabor y jugosidad. Así, la clóchina también se diferencia del mejillón por su menor tamaño, una tonalidad más suave y por un sabor más intenso. Respecto de las propiedades nutricionales de la clóchina de Valencia, cabe decir que es una fuente pura de proteína, rica en vitaminas, calcio, hierro, potasio, fósforo, magnesio y Omega 3.
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