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clara alfonso
Valencia
Sábado, 11 de julio 2020
Ubicada en la ladera norte del monte Segili, justo en el término municipal de Benidoleig, en la provincia de Alicante, la Cueva de las Calaveras, también conocida como del 'Infierno', se identifica como una de las cavidades con más historia de la Comunitat. Con 440 metros de longitud, la gruta rocosa está compuesta por dos zonas bien diferenciadas: la primera, que está inundada y abastece de agua para el riego de la zona mediante un túnel artificial, y la segunda, abierta a las visitas.
La cueva fue utilizada como refugio por el hombre paleolítico hace más de 100.000 años y reutilizada posteriormente en otros momentos de la historia, como en el Neolítico para llevar a cabos ritos de fertilidad, o bien en época musulmana.
El renombre de esta cavidad viene dado por los hallazgos en su interior. Los primeros datan del 1768 según A. J. Cavanilles, al realizarse unas perforaciones en busca del agua que la había hecho famosa en épocas anteriores. Tras efectuar una exploración, se encontraron restos óseos de 12 personas, presuntamente agricultores musulmanes de época medieval que quedaron atrapados y murieron . Fue este hallazgo el que dio el nombre 'Calaveres' a la cueva, pasando como leyenda al folklore popular engrandando la leyenda de reyes moros, fabulosos tesoros y princesas. Esta cuenta que el rey musulmán, Alí Moho, huyendo del Cid Campeador, se escondió en la gruta con 150 mujeres de su harén y un gran tesoro.
Además de estos, son muchos los restos arqueológicos que se han encontrado en este lugar: huesos humanos, dientes de rinoceronte, utensilios de sílex, hachas y puntas de flechas, piedras para cocinar, etc. Todos ellos se encuentran hoy en día en el Museo Provincial de Arqueología de Alicante.
La cavidad cuenta con una entrada que llega a superar los 60 metros de altura. Unos pocos metros más hacia delante hay un depósito de huesos que contiene restos de las criaturas que se pescaban o cazaban en aquella época. Entrando un poco más, podrás encontrar algunas estalactitas y estalagmitas en muy buen estado. Uno de los ejemplares de estalactita más más famoso es La Campana, que tras ser golpeada emite un sonido similar al de un timbre.
Aunque al principio de la gruta las paredes son lisas, según avanza el recorrido las paredes muestran una curiosa rugosidad, creando formas muy peculiares que permiten al visitante dar rienda suelta a su imaginación.
En la salida de la cueva, unas escaleras metálicas conducen a un segundo nivel, donde se ubicaba la entrada por la que los moradores de la Edad de Piedra se deslizaban para guarecerse.
Visitar la Cueva de las Calaveras es una magnífica oportunidad para hacer un viaje hacia el pasado y conocer las formaciones naturales que se van creando en el interior de la Tierra. Y tú, ¿te atreves?
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