Descubre Ibi, el paraíso del juguete y los helados

A 43 kilómetros al norte de Alicante, saben bien de qué material están hechos los sueños. No hace falta que te desplaces hasta Disneyland para poder disfrutar como un niño y vivir la emoción de estar rodeado de juguetes. El municipio de Ibi es un pequeño rincón de la Comunitat Valenciana donde se fabrica la ilusión pieza a pieza: llevan más de un siglo creando sueños con juguetes que viajan a la mayoría de lugares de nuestro país. No por nada se ha ganado el apodo de la 'Valle del Juguete'.

Es sin duda el máximo exponente valenciano de esta industria y un referente indiscutible a nivel nacional, que trabaja todo el año para llenar las fiestas navideñas de regalos. Fue a principios del siglo XX cuando se fabricó el primer juguete en esta localidad y poco a poco fue aumentando su producción industrial hasta convertirse en el Centro Español del Juguete. Por ello, el Monumento a los Reyes Magos es uno de los detalles más curioso de la localidad: se trata de la única figura en toda Europa dedicada a estos populares personajes, y dada la tradición centenaria de este pueblo con el juguete, no podía estar en otro lugar.

Para impregnarte del todo de este ambiente infantil y soñador, no dudes en visitar el Museo Valenciano del Juguete, donde podrás reencontrarte con el pasado a través de las piezas de juguetes antiguos -por no decir centenarios-, elaborados en gran parte con hojalata.

Y para dejar claro dónde se fabrican las ilusiones de millones de niños, en este mágico pueblo se construyó la Casa de los Reyes Magos, un lugar donde los más pequeños son los primeros ayudantes de Sus Majestades. El edificio está rodeado por una corona dorada que simula la de los Reyes de Oriente, un lugar temático para conocer cómo saben quién se porta bien y quién se porta mal, de dónde sale el carbón o cómo logran leer todos los millones de cartas que reciben. De hecho, fueron los propios reyes quienes hicieron un pacto con los niños de esta localidad de regalos:

Pero Ibi no solo se ha convertido en el epicentro nacional de los sueños infantiles por fabricar muñecas o coches, también es indiscutiblemente la 'Cuna del Helado'. Y es aquí donde también entran en juego las ilusiones de los más mayores, porque la calidad y sabor de sus recetas artesanales es difícilmente superable. Los elementos más representativos de esta tradición heladera son los 'pozos de nieve' de la localidad, donde se almacenaba hielo y que dieron lugar el origen de este comercio. El municipio celebra esta costumbre año tras año el Dia dels Geladors, con el reparto de su popular dulce.

Los amantes de la naturaleza también pueden optar por recorrer los parajes naturales que envuelven la localidad: pasear por el Parque Natural de la Font Roja, de gran valor ecológico, o disfrutar en las rutas y senderos que ofrecen sus áreas recreativas acondicionadas. Y por si te quedas con ganas de más entorno natural, puedes visitar el Museo de la Biodiversidad, único en la Comunidad Valenciana y con una exposición permanente sobre el desarrollo sostenible, el ecosistema mediterráneo y sus medios agrícolas.

La Iglesia Transfiguración del Señor es una parada obligatoria en tu ruta por este municipio. Situada en el centro histórico de la localidad, se desconoce la fecha exacta de la construcción del edificio, pero sobre este se van realizando ampliaciones para albergar obras religiosas y artísticas desde el siglo XVI.

Tampoco puedes perderte la Plaza de la Iglesia, ubicada justo al lado de la iglesia, con una fuente luminosa y escalinatas que contemplan el monumento de la Virgen de los Desamparados albergando bajo su manto a un moro y un cristiano.

Su tradición industrial y artesanal la convierten en una de esas poblaciones del interior cuyo atractivo reside en descubrir su historia y sus pequeños detalles. Es un lugar que refleja su pasado a través de su presente y que mantine la llama de su principal atractivo: fabricar sueños.