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Á G. D.
Valencia
Jueves, 7 de septiembre 2017, 20:59
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En la Marina Alta se esconde uno de los enclaves más singulares de la Comunitat Valenciana. La Vall de la Gallinera lo forman ocho pueblos, cada uno con su propio encanto. Una ruta propone recorrer a pie, en bici o en coche los 14 kilómetros (solo ida) de este paraje.
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La fuente de la Mata de Benirrama es el inicio de la ruta. Tras pasar el despobleado morisco de Benimarsoc, ya en el pueblo se puede visitar la Iglesia de San Cristófol y ver su Vía Crucis. Las casas pintadas y las calles son los protagonistas del encanto de la localidad.
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Benialí es uno de los núcleos más poblados de la Vall y tal vez el menos singular. La ruta de los 8 pueblos pasa por el Ayuntamiento, la calle del colegio, la fuente y el lavadero, y la iglesia de Sant Roc.
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Entraremos en Benissivà, pasando por delante de la iglesia de Sant Miquel y bordeándola por la calle del Raval, nos desviaremos a la izquierda para buscar la calle principal, de Olmos Canalda, que nos llevará hacia la placita situada justo al lado de la carretera, la cual cruzaremos y, cogiendo las escaleras contiguas, subiremos hasta Benitaia.
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Cruzaremos Benitaia por las calles de Enmig y de Baix, bordeando el huerto de naranjos llegaremos otra vez a la carretera y la cruzaremos para coger el camino que nos llevará hasta el lavadero de Benissivà. Subiremos a la carretera, la cual seguiremos por el arcén durante 60 m, cogeremos un camino a la derecha que nos retornará a la CV-700; 200 m más adelante nos desviaremos a la derecha por el camino de la piscina que seguiremos hasta la Carroja.
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En La Carroja empieza a notarse la tranquilidad del interior. Es un núcleo muy sereno y familiar, en el que destaca la iglesia de Sant Francesc de Borja y un algarrobo gigante que da la bienvenida a los visitantes.
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Al llegar a Alpatró, nos desviaremos a la derecha hacia el interior del pueblo para recorrer su casco antiguo; llegaremos a la plaza de la iglesia ade la Assumpció y la fuente. Continuaremos calle abajo y cogeremos la calle del Llavador hasta llegar al cruce de la carretera de Llombai y Benissili donde se encuentra la fuente y el lavadero de Alpatró.
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Llombai es un despoblado moderno, una huella de la España rural que existía hasta hace pocas generaciones. En el núcleo solo hay una calle, una consecución de casas en ruinas.
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El final de la ruta lo marca la fuente de la Mata de Benissili. Antes, el propio núcleo merece un paseo, igual como la fuente Vella que se encuentra justo al lado del río Gallinera. Tras la ruta, si aún quedan fuerzas es muy interesante visitar la Foradà, un lugar donde se alinea el sol dos veces al año (4 de octubre y 9 de marzo, según marca la tradición), pasando por un pequeño hueco que deja la montaña.
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