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Hay destinos perfectos para una escapada, y Els Ports, una joya del interior de la provincia de Castellón es uno de esos lugares que aún son capaces de sorprender. Situada al noroeste de la provincia de Castellón, marcando frontera con Teruel y Tarragona, se encuentra la comarca de Els Ports, un territorio diferente, de los que enamoran a primera vista. Basta con escuchar el nombre de los municipios que la conforman: Morella, Cinctorres, Zorita del Maestrazgo, Vallibona, Forcall, Villafranca del Cid, Herbers, Castellfort, La Mata de Morella, Olocau del Rey, Palanques, Portell de Morella, Todolella y Villores para que nos llegue con nitidez los rumores de sus paisajes, tradiciones, costumbres, historia y sabores.
Estamos ante una tierra de contrastes, de una naturaleza indómita, cuidada y moldeada por el tesón de sus habitantes, que han sabido convivir con un relieve a veces extremo en el que se unen la altitud de sus cimas y la hondura abrupta de sus barrancos, las rocosas y altivas muelas con las vegas henchidas de fertilidad.
Y todo ello en Castellón, una provincia que sigue sorprendiendo por la enorme riqueza y diversidad de sus paisajes. Quién no conoce su costa, sus más de 120 kilómetros de litoral, jalonado por playas para todos los gustos, de arena fina o con calas casi salvajes. A quién no le gustaría conocer un poco más a fondo la segunda provincia más montañosa de España.
Y no solo porque en su interior agreste se alza uno de los picos más emblemáticos y bellos de toda la Comunitat Valenciana, el Penyagolosa, con 1.814 metros de altura. Ni por la miríada de cimas que configuran su paisaje: el tossal de Folch y el Carrascar de Morella, el Bovalar de Cinctorres, el Regatxolet o Torremiró.
El interior de Castellón cuenta con centenares de paisajes singulares, de municipios que despliegan sus calles, plazas y rincones por encima de los 1.000 metros de altitud. Pueblos que se dejan abrazar por murallas y fortalezas de historias centenarias. Ríos y barrancos emocionantes, algunos de los cuales siguen guardando ejemplos insólitos del arte prehistórico mediterráneo, de una antigua ocupación humana que nos remonta a 12.000 años atrás. Riscos y acantilados vigilados por aves rapaces que rasgan el cielo día tras día. Bosques inmensamente verdes. Valles henchidos de tranquilidad y salpicados de manantiales donde es fácil encontrarse con grandes herbívoros como los corzos y las cabras montesas. Construcciones de pedra en sec que son Patrimonio de la Humanidad. Centenares y centeneres de caminos para adentrarse sin prisa por sus montañas en busca de esos momentos especiales en los que la naturaleza nos llega en su estado más puro.
Y es que Els Ports es una tierra llena de sorpresas. Esto es algo que ya sentimos que sucede a medida que nos acercamos. Mientras vamos dejando atrás el bullicio de las ciudades y las carreteras ruidosas para cambiar a otros escenarios a medida que avanzamos por vías más sinuosas, con poco tráfico, y empezamos a posar nuestra mirada en paisajes distintos. Pueblos que parece que quieran tocar el cielo y se encaraman en lo alto de las montañas, otros que buscan la proximidad de las riberas de los ríos, las zonas de cultivos, los bosques típicamente mediterráneos. Un cambio sosegado de colores y formas traídos por los cultivos de vid, de almendros, de olivos milenarios, por pinares y carrascales, de masías y bancales y prados y muros de piedra que se extienden a lo largo y ancho de la comarca.
Els Ports tiene múltiples parajes en los que aflora una de las biodiversidades más ricas de la Comunitat Valenciana, al amparo de paisajes majestuosos. Su espectacular orografía es ideal para la práctica de deportes de montaña, como el senderismo, el ciclismo o la escalada. En cada uno de sus pueblos existe una consolidad red de senderos que se ramifican para conectarse entre ellos y que los viajeros podamos ir conociendo estas tierras a nuestro ritmo.
También encontramos el GR-331 Els Ports-Camí de Conquesta, con 166 kilómetros repartidos en 15 etapas. Este sendero circular transcurre por los principales caminos que unían tradicionalmente los diferentes núcleos urbanos de la comarca. También los amantes de la bicicleta tienen aquí un destino que no se pueden perder, con innumerables rutas de BTT, sin olvidarnos de que las carreteras de montaña de la comarca son un paraíso para los aficionados a la bici de carretera.
Morella es la capital de Els Ports y está catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España y Patrimonio de la Humanidad. En Morella, al igual que en el resto de la comarca, el tiempo parece haberse detenido, ya que todavía conserva el aspecto de ciudad medieval. Morella nos recibe entre murallas centenarias, palacios e historia, mucha historia. Es una ciudad para admirar. Su imponente castillo, sus dieciséis torres, sus seis portales de acceso y dos kilómetros de muralla perimetral configuran una silueta única y, al pasear por sus calles, se tiene la impresión de estar dentro de un decorado de ensueño.
Además de todo esto, Morella es un espacio privilegiado para conocer y disfrutar de la naturaleza. El paisaje morellano se ensancha a través de un mar de montañas, bosques, barrancos y espacios de enorme belleza y fuertes contrastes. Un total de más de 400 kilómetros cuadrados de término municipal, en los que nos sentiremos privilegiados por poder disfrutar del sosiego con los cinco sentidos y que podremos recorrer a nuestro aire, ya sea a pie, en bici o en paseos a caballo. Así que no hay excusa para dejar de llegar hasta las hermosas pedanías, las poblaciones vecinas, sus cimas más emblemáticas o los mágicos enclaves fluviales, como el Bergantes o Cérvol, gracias al entramado de senderos señalizados y de rutas BTT, o también con la ayuda de varias empresas de la zona dedicadas al turismo activo, especialistas del terreno.
Y si hablamos de los productos y gastronomía morellana solo podemos decir la verdad: que están a la altura de su historia. Su gastronomía, de origen medieval, está marcada por la montaña y las estaciones y por el respeto a lo tradicional. Algo que se extiende al resto de recetario de Els Ports. Platos con intenso sabor a montaña, suculentos platos de cuchara idóneos para coger fuerzas. Ollas, tombet de cordero, bolos de Morella, paella de monte, carnes a la brasa, farinetes, flaóns, la tradicional olla morellana, embutidos, carnes conservadas en aceite, cuajadas…
Está más que claro, Els Ports es el corazón secreto del interior de Castellón.
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