![Esta increíble ruta te descubrirá el entorno natural del municipio.](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201712/07/media/cortadas/molinos2-ksB-U503009665692oH-624x385@Las%20Provincias.jpg)
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Valencia
Jueves, 7 de diciembre 2017, 20:04
Pequeñas cascadas de agua cristalina, riachuelos que corren entre un paraje de ensueño con verdosa y frondosa vegetación y altos árboles que sombrean un apacible y liso sendero. Parece la descripción de algún remoto e idílico camino de un cuento cursi, pero no es más que el retrato de una de las rutas de senderismo más especiales y fantásticas que se pueden realizar en la Comunitat Valenciana. La Ruta de los Molinos de Alborache (también conocida como la Ruta del Agua) es un recorrido liso, sin complicaciones, apto para cualquier persona y que destaca por su belleza y encanto natural.
Ubicada en el término de Alborache, en una reserva de naturaleza virgen donde flora, fauna y agua generan un ecosistema digno de cualquier fábula. El sendero tiene una longitud aproximada de 1.700 metros sin ningún tipo de tramo complicado y en paralelo al río, con paralelas para vadearlo y seguir el camino. Camino que además, cuenta con dos fuentes en su recorrido y un área recreativa con mesas y bancos para descansar o reponer fuerzas si en algún momento quieres hacer un alto en el camino.
Puede recorrerse en los dos sentidos desde cualquiera de los puntos marcados como entrada/salida, por la zona norte en el aparcamiento de Molino Galán y por la zona sur en la partida del Yesar, al inicio del antiguo camino de Chiva junto al puente de Turís, aunque también se puede acceder por el sendero local SLV-31 que sale del polideportivo descendiendo hasta el Molino de la Luz o al Charco Azul por las Huertas de Arriba. También por este sendero local se puede acceder al Charco Azul desde el Albergue Rural ACTIO o desde la Urbanización de la Fuente del Mico, donde hay un gran aparcamiento. Por el camino de Chiva también se ha señalizado el camino de acceso a la zona del área recreativa.
Es un sendero que se puede hacer a pie o en bicicleta, para evadirse y disfrutar del relax que desprende este entorno: pasear junto al río, a la sombra de los frondosos árboles del bosque que cae sobre una alfombra de hojas otoñales.
Una parte fundamental de la historia del municipio, que cuenta con una larga trayectoria a sus espaldas en el aprovechamiento de la fuerza motriz del agua. Un hecho constatable en la presencia de un total de 11 molinos: 7 en la cuenca del río Buñol, 3 con aguas canalizadas del río Juanes y uno en el barranco de San Jaime. Además tenía distintos usos productivos, unos eran molinos harineros mientras que otros se empleaban para la fabricación de papel o la elaboración de chocolate.
Fue en el siglo XIX cuando con el auge y desarrollo de la industria papelera, los molinos de Alborache alcanzan su máximo prestigio. Solo cuatro de ellos han logrado sobrevivir hasta nuestros días, mientras que el resto han sido rehabilitados para el turismo rural, residencias privadas o se encuentran en ruinas. Lo que sí ha perdurado, y que confiere a esta ruta parte de su particular encanto, son las infraestructuras que se construyeron para su funcionalidad: canalizaciones, compuertas y barreras que ahora son un elemento más del paisaje fluvial de Alborache.
El Molino Galán ahora es una casa rural con un precioso estanque de patos que se alza como una de las zonas más bonitas y con más vegetación del sendero, ya que en este tramo se puede recorrer el camino a la orilla del río, después de este punto al senda ya se desvía del arroyo. El Molino Guarro toma su nombre del apellido de su propietario y en su día contaba con una turbina para generar electricidad, pero ahora está abandonado y prácticamente en ruinas. Desde este punto parte un desvío hacia el Charco Azul, llamado así por el color que adquiere el agua bajo la gruta de donde brota el manantial. El Charco Azul cuenta con dos tramos de escaleras para acceder a la ruta desde otros puntos del Alborache. La zona de Azud del Molino de la Luz es también otra de las más aclamadas de la zona por ser uno de los tramos más relajantes, donde sentarse a apreciar el entorno y escuchar el rumor del agua.
Sea cual sea el punto desde donde decidas partir o parar a disfrutar del paisaje, esta ruta por los Molinos de Albarache te fascinará con su encanto natural, que podrás recorrer solo o en compañía, un perfecto plan para admirar el otoño y los enclaves más especiales de la Comunitat.
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