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Mar Guadalajara
Domingo, 21 de octubre 2018, 20:44
En un taller a las afueras de Alcoy se hacen las vajillas en las que sirven sus platos Ferran Adrià, Dabiz Muñoz o Joan Roca, entre otros grandes de la cocina del país. José Miguel Piñero es el artesano que hace la cerámica al gusto de los cocineros, acordes a sus elaboraciones. Empezó como decorador de bares y locales, pero en su camino se cruzó con Albert Adrià. «Él me atrajo a este mundo, fue el primero en encargarme una vajilla, cuando yo me ofrecí como decorador», explica Piñero. Este viernes recibió el premio de la Academia de Gastronomía de la Comunitat Valenciana por sus piezas de diseño. «Es mi primer reconocimiento en el mundo de la gastronomía, mi madre me dijo: 'pero si tú no has guisado nunca'. Estoy orgulloso de pertenecer a este mundo culinario», reconoce el artesano.
El mundo de la gastronomía valenciana atraviesa un momento dulce, al que ha llegado con el esfuerzo de todas aquellas personas que se dedican a ello. «Estamos muy bien considerados en el sector de la gastronomía española y mundial, tenemos grandes talentos, lo que necesitamos es divulgar las cosas buenas, desde el escalón más bajo hasta el más alto», explica el presidente de la Academia de Gastronomía de la Comunidad Valenciana, Manuel J. Rodríguez-Murcia.
Desde los ayudantes de cocina, hasta los expertos sumillers, todos suman esfuerzos, su labor se ve recompensada con reconocimientos como los que hace la Academia. Tras dos años de receso, los galardones gastronómicos, que este viernes se entregaron en el Veles e Vents, vuelven con más categorías. Su objetivo: «dar visibilidad y animarles para alcanzar la excelencia», asegura Rodríguez-Murcia.
Las letras y la ciencia tienen también su espacio entre las cazuelas y los fogones de una cocina, es así como se puede impulsar la labor de los restaurantes valencianos. Pedro García Mocholí suma como crítico culinario durante 20 años, 18 de ellos en LAS PROVINCIAS. García Mocholí cree que la Comunitat es «un eje importante en la cocina española». Goza de muy buena salud: «Desde el nuevo siglo han dado un espaldarazo a la gastronomía chefs de la tierra, teniendo por bandera el producto, la tradición y la innovación». El valenciano recogió el galardón a 'Crítico Gastronómico 2018' sintiéndose «orgulloso porque todo premio te da un empujón a seguir trabajando y a no desistir».
Un chiringuito de playa en Daimús es, dos generaciones después, un restaurante de éxito. Casa Manolo empezó siendo un bar sencillo regentado por un matrimonio, «mis padres construyeron un camino y yo ahora voy por una autopista», reconoce Manuel J. Alonso. Su restaurante fue un negocio familiar que trata de llevarlo a lo más alto. «Cocinar es vivir, no veo la diferencia, creo que podemos crear un mundo mejor a través de la cocina», explicó el premiado como mejor jefe de cocina.
Desde Elche viene el aroma dulce del chocolate, el alicantino Daniel Álvarez no tiene masa de harina que se le resista, ha creado un templo de la repostería de autor. Es un referente de la mejor pastelería en España. «Cuando el presidente de la Academia me llamó me hizo muchísima ilusión», enfatizó Álvarez, quien destacó la importancia del postre pese a ser el último plato, al recoger el premio concedido por la institución valenciana aseguró que: «hasta para mi hoy es un día especialmente dulce».
El resto de los premiados fueron el catedrático Juan Viña (ciencia y gastronomía), MG Wines (Bodega), María José San Román, Miguel Barrera y Familia Rausell (trayectoria), CDT Comunitat Valenciana (formación) y Federaciones de Hostelería (Los que hacen realidad)..
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