Así serán los tres nuevos locales de Begoña Rodrigo en Valencia

Begoña Rodrigo inicia la cuenta atrás para la revolución que está a punto de llevar a cabo en sus proyectos. La cocinera valenciana abrirá a mediados del mes de junio su nuevo proyecto de bocadillos, Farcit, en el que era hasta ahora el local que ocupaba La Salita, su restaurante gastronómico con estrella. La cocina de La Salita reabrirá a finales de junio en un nuevo espacio en el barrio de Ruzafa donde, además, albergará otro nuevo local que pasará a ser El Huerto (de La Salita), y con los que Rodrigo culminará su oferta gastronómica en la ciudad. En total, tres nuevos locales en la capital del Turia. Así lo ha explicado la empresaria y cocinera durante su charla en #gastronomikalive con la restauradora Macarena de Castro, en el seminario online que a lo largo de estas semanas está celebrando San Sebastián Gastronomika de la mano de Benjamín Lana, presidente de la división de Gastronomía de Vocento.

El confinamiento, según ha explicado, le ha servido para poner en orden sus ideas y poder pensar bien los conceptos de los tres nuevos locales con que contará a partir del próximo mes. La Salita mantendrá su espíritu y el mismo concepto de restaurante gastronómico con el que obtuvo su primera estrella Michelin el año pasado. Se albergará en la primer planta de un enclave histórico de la calle Pedro II el Grande, en el barrio de Ruzafa. En la planta baja y ocupando también la terraza de que dispone el local, abrirá El Huerto (de La Salita) donde trabajará con carta y en un espacio en el que Rodrigo pretende convertirse en la perfecta anfitriona de la casa. «De esas que te dicen, qué te apetece comer y cómo quieres que te lo prepare», ha explicado. Como principal novedad del Huerto, la cocinera planteará las verduras como elemento principal de los platos y las proteínas como guarniciones. «El mundo al revés de como lo habíamos contado hasta ahora en cocina». Quiere que los comensales descubran «a qué saben las verduras». «Las verduras no son un castigo, tienen que ser un regalo». Para ella, cuando se habla de productos lujosos en cocina no se puede cerrar el abanico a «caviar, bogavantes o pescados caros». «Hay que concienciar a la gente de que una buena verdura, que lleva un trabajo detrás y un cocinado debe tener un precio por el que estén dispuestos a pagar».

En su otra apertura, la que llegará antes por el concepto con el que trabaja, se servirán bocadillos «ricos, con producto casero» y la carta de buenos vinos que ya tenía La Salita para convertir Farcit (relleno en valenciano) en un «local de encuentro» que «tanta falta hace ahora».

La cocinera valenciana ha reconocido que haber mantenido sus locales cerrados ha sido duro, pero confiesa que el parón le ha servido para poner todo en orden, reflexionar sobre las cosas buenas que también ha hecho en su trayectoria y poder armar las cartas de los locales y probarlas, algo para lo que el ritmo frenético de la hostelería casi no les dejaba tiempo.

Begoña Rodrigo también ha reflexionado sobre el papel de los restaurantes gastronómicos en la actualidad y en el escenario post pandemia. «Ir a un gastronómico a veces me aburre. Prefiero diversificar locales, ir a unos con un tipo de personas, a otros para vivir otro ambiente», ha dicho. «Me gusta poder comer un buen bocata sin renunciar a un buen vino». En el caso de su restaurante, La Salita, la empresaria ha celebrado haber tenido hasta ahora una gran regularidad de clientela y no haber estado sujeta a la estacionalidad, por lo que el escenario post covid-19 lo vive con más ilusión que miedo. Y es que ya pocas cosas asustan a Begoña Rodrigo que esta noche incluso estrena programa de televisión en Telecinco, con los colaboradores de Sálvame. Un formato en directo en el que asegura que se la juzgará por lo que haga, «pero al menos no por lo que no haga».