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Vicente Aleixandre Mocholí. JAVIER PEIRÓ

Adiós a un singular de nuestra gastronomía valenciana

Vicente Aleixandre Mocholí desarrolló una escuela muy personal e intransferible en el restaurante Ca Sento, en el corazón de El Grao

pedro g. mocholí

Miércoles, 13 de enero 2021, 11:55

Nunca había trabajado en hostelería, pero sus años al frente de Ca Sento crearon escuela. Un magisterio que aquellos que le conocimos siempre lo echaremos en falta. Vicente Aleixandre Mocholí, más conocido por 'Sento' nació en El Grao, siempre hacía alarde de ello. Por ello cuando él y Mari (su mujer), volvieron de Suiza decidieron en El Grao abrir un modesto bar, con ciertas aspiraciones, al que llamaron Ca Sento. Él y Mari habían puesto rumbo a Suiza a finales de los años sesenta en busca de un trabajo que aquí ya faltaba. Volvió con aire de triunfador, propio de la gente del barrio portuario que le vio crecer, y en la calle Méndez Núñez, esquina con Isaac Peral, allí abrió su local. Su carácter fuerte e imprevisible hizo que corriera la voz entre los portuarios, y muchos de ellos comenzaron a ir a la hora del almuerzo. Poco a poco fueron llegando más clientes, quedando cautivados por la personalidad del joven Sento, que nunca había trabajado en hostelería, pero que hacía las delicias de sus todos ellos. Había que añadir la gran cocina que ofrecía Mari, casera y con el mejor producto que su marido podía comprar. Como un reguero de pólvora los más avezados gourmets se fueron acercando a aquel bar con ínfulas de gran restaurante, pero que en sus humildes inicios ofrecía manteles de tule y papel. Acrecentado por la merecida fama que iba adquiriendo llamó la atención de Antonio Vergara, único cronista gastronómico de aquellos años, cuyos artículos los posicionaron a nivel nacional, y comenzó a aparecer en Guía como la Repsol, y en 1999, con la incorporación de su hijo Raúl, consiguió la anhelada Estrella Michelín. A modo de anécdota recuerdo que uno de mis primeros artículos en LAS PROVINCIAS estuvo dedicado a Ca Sento y se tituló 'Ca Sento; una Estrella en el corazón de El Grao'. Durante una buena época de su trayectoria era fácil encontrarte a críticos gastronómicos españoles y a los mejores cocineros; Ferrán Adriá era un fan incondicional suyo, y cuando venía a la ciudad, siempre comía allí. Con la llegada del nuevo siglo, tanto él como Mari acusaron un cierto cansancio y en el año 2005 dejó el restaurante a su hijo Raúl. Se retiraron a una casita en Viver, en Castellón. Se nos ha ido un gran profesional, alguien que no había tenido a ningún antecesor hostelero, pero que suplía sus carencias con gran dosis de personalidad e idiosincrasia.

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