Imanol Arias trae al Olympia de Valencia 'Muerte de un viajante'

Un concierto hablado», «una de las defunciones más impactantes»; así calificó Imanol Arias el montaje teatral 'Muerte de un viajante', obra protagonizada por el popular actor que dentro de su largo periplo por los teatros de toda España ha llegado hasta el Olympia de Valencia, donde permanecerá representándola hasta el 14 de mayo. La pieza teatral, dirigida por Rubén Szuchmacher y adaptada por Natalio Gruesa cuenta en el reparto junto a Arias con Andreas Muñoz, Cristina de Inza, Carlos Serrano-Clark, Virginia Flores, Fran Calvo y Miguel Uribe.

Arias (Riaño, León, 1956), que presentó ante los medios de comunicación de Valencia esta pieza, basada en la obra de Arthur Miller, y cuya interpretación ha tenido elogiosas críticas, mostró en todo momento una modestia digna de los grandes. «Nunca me he sentido el mejor en nada, lo que sí me siento es afortunado por tener trabajo y por contar con el apoyo del público», dijo.

El leonés, que ha sido en televisión y en el cine Antonio Alcántara, El Lute, Mikel, Vicente Ferrer o el agente secreto Anacleto, entre otros muchos personajes, se ha metido ahora en la piel de Willy Loman, un viajante de comercio que ha entregado todo su esfuerzo y su carrera profesional a la empresa para la que trabaja. Su único objetivo es darle una vida mejor a su mujer y sus dos hijos, que le adoran y a los que quiere inculcarles la ambición por triunfar y progresar en la escala social. Un trabajador infatigable que con sesenta y tres años, exhausto y agotado tras una vida sin descanso, ve cómo su posición en la empresa se tambalea. Sus ventas ya no son las que eran y su productividad cae en picado, lo que provoca que la relación con sus jefes se haga insostenible. Su matrimonio tampoco va bien, y la relación con sus hijos esconde un antiguo secreto que les llena de resentimiento y que amenaza con destrozar la estabilidad familiar. Todo ello le lleva a una espiral de depresión y autodestrucción, en la que su único apoyo es su abnegada esposa, la única que parece entenderle. A medida que se complican los acontecimientos y sus sueños se desvanecen, todo se precipita hacia un final trágico al que el vencido viajante parece inexorablemente abocado. «No es un melodrama, es una tragedia clásica en el sentido estricto del término sobre un hombre equivocado que destroza a su familia queriendo protegerla», destacó Arias.

Hablando de familia, precisamente el actor no compartirá escenario en Valencia con su hijo, Jon Arias, quien estuvo interpretando a Biff, uno de los hijos del protagonista, porque en estos momentos se encuentra centrado en otros proyectos profesionales.

«Cuando en el escenario mi hijo; el hijo de Willy Loman en la función grita a su padre, yo me empequeñezco. Esta obra tiene un poder y es que sin vivir esa misma relación, la relación profunda paternofilial de mi hijo y la mía, te arrastra y marca la esencia de lo que es la relación de ese padre confundido» que refleja Miller.

Sobre la puesta en escena Imanol Arias explicó que hay un escenario vacío, cuatro sillas, dos zapatillas y un tubo, sin ningún elemento más. «Es una obra en la que brilla la palabra, el texto en sí. Es una orgía acústica de sonidos y de palabras», detalló el protagonista para quien desde que está interpretando esta pieza «siento especial curiosidad por el manejo de las palabras y por la forma de enfrentarme a ellas».

El actor leonés recordó que cuando vio por primera vez esta obra, que fue en el mítico programa de televisión Estudio 1, ya le marcó. «Durante toda mi vida he estado deseando representarla, pero cuando a los 65 años me enfrenté a ella no era lo mismo, porque no se fuma, no se sube, no se bajan escaleras, tiene otro componente basado esencialmente en el texto», reiteró.

Además, el actor reveló que la dificultad que conlleva este texto, «que lo es todo en la obra», le obligó a tener que someterse a una cura de sueño. «El texto te va descubriendo que no tienes que actuar como en otras funciones, que no tienes que exhibirte, tienes que bañarte con las palabras y ejercitar una experiencia acústica», remarcó. Según Imanol Arias, «hay algo en esta obra que hace que los actores que la interpretan, sobre todo quienes representan al padre y al hijo, no vuelvan a hacer teatro porque creo que se llenaron con esta función». Confesó que aunque inicialmente también se planteó lo mismo, ahora ha cambiado de opinión. «No descarto seguir haciendo 'Muerte de un viajante' el resto de mi vida», bromeó.

Imano Arias también habló de su afición a la enología y de su proyecto con bodegas Juan Gil y su vino, Bruto, el cual calificó de «excelente». «Es un vino que solo me ha dado felicidad, y el proyecto es todo un regalo», aseguró el actor, quien no descartó que cuando se jubile del teatro se dedique al mundo del vino: «Se puede trabajar en la viticultura hasta los 97 años y en el teatro hasta los 90. Lola Herrera puede demostrar que incluso más años, si quiere. Así que como es algo que me produce placer no descarto dedicarme a esta profesión cuando deje la actuación», subrayó sonriendo el actor.