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Viernes, 24 de enero 2025, 00:18
GPS. «La comida es un lenguaje universal que puede construir puentes entre culturas». Esta frase del escritor y periodista estadounidense Michael Pollan resulta perfecta para describir la experiencia en Kanka, el pequeño restaurante que hace cuatro años fundaron en Valencia el chef Diego y su esposa Andrea en la concurrida calle Ciscar de Valencia.
Nacido en el Perú y afincado en España, Diego Salas siempre ha estado enamorado de la riqueza de la gastronomía peruana y la creatividad en la cocina. Se formó en la prestigiosa escuela Le Cordon Bleu en Lima, donde se especializó en pescados y mariscos. Inspirados en las recetas de su país natal, la pareja decidió fundar Kanka con el objetivo de promover la cocina peruana en España, ofreciendo una experiencia culinaria auténtica y diferente.
La idea es que los comensales se sientan como si estuvieran en Perú, pero con un enfoque fresco y contemporáneo, cuidando cada detalle: desde la óptima calidad de los insumos, hasta las texturas, temperaturas y presentación de cada plato, sin dejar de lado el servicio y la ambientación.
¿Qué ofrece Kanka? La carta es una combinación de recetas peruanas con creaciones fusión propias de Diego, siempre con su toque creativo. Uno de sus platos estrella es el ceviche, a base de pescado crudo marinado en zumo de lima, cebolla y ají, un emblema de la cocina peruana que destaca por su frescura. También está el tiradito de salmón creado por Diego, una deliciosa variante del tradicional tiradito peruano, preparada con finas láminas de salmón fresco y salsa de maracuyá. Siguiendo con los platos fríos, es imprescindible probar las causitas limeñas a base de patata, en tres sabores y cubiertas de pollo, pulpo y pescado respectivamente.
Entre los calientes, destaca el lomo saltado, suaves trozos de solomillo de ternera salteados al wok con cebollas y tomates, acompañado de patatas fritas y arroz cocido al estilo peruano. Mención aparte merece el arroz con pato, de sabor profundo y aromático que despierta los sentidos. Para beber, es imprescindible un pisco sour -tradicional o de maracuyá- el cóctel bandera del Perú, elaborado con excelente pisco peruano, o una refrescante chicha morada, bebida no alcohólica a base de maíz morado.
Quienes adoran los postres pueden elegir entre el arroz con leche, el alfajor o la deliciosa crema volteada, un postre de textura suave y cremosa, con caramelo en la parte superior.
Pero la experiencia no se limita a lo que ofrece la carta. Hay detalles que marcan la diferencia. Mientras decides qué comer, te ofrecen un pisco sour y te sorprenden pan con fino aceite de oliva de la variedad Picual y una crema de aceto balsámico como pasabocas.
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