Rubén G. Tamarit
Valencia
Lunes, 28 de agosto 2023, 00:40
Cuando empiezan las vacaciones y el tiempo libre es mayor que nunca en ocasiones aburrirse es inevitable. Por ello, proponemos un plan perfecto para hacer este verano: la ruta dels molins de Banyeres junto al río Vinalopó.
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Banyeres de Mariola es un pueblo de interior ubicado en la provincia de Alicante, rodeado por la fauna y flora de la Sierra de Mariola y atravesado por el río Vinalopó. Entre los siglos XVIII Y XX, en esta población se movía una importante industria del papel que llevó a la construcción de nueve molinos papeleros en los que trabajaban la mayor parte de sus habitantes. En la actualidad solo quedan en pie tres de ellos: Molí l'Ombría, Molí Sol y Molí Pont. Los molinos quedan comunicados por distintos senderos conformando una preciosa ruta junto al río. En los meses de más calor, las aguas del Vinalopó invitan a refrescarse.
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La ruta empieza en el Molí l'Ombría, el cual cuenta con un área recreativa que contiene más de 200 mesas de pícnic, 60 plazas para acampar (hay que solicitar una reserva llamando al ayuntamiento del pueblo) y áreas de juego para los niños. Abre desde Semana Santa hasta el 1 de noviembre y la entrada es de 3€ por adulto (+12 años) para pasar el día. Desde Valencia se llega fácilmente por la A7 y por la carretera CV-795 que va de Alcoy a Banyeres de Mariola.
El Molí l'Ombría, abandonado como el resto, se utilizó en un primer lugar para la fabricación de papel. A partir de finales del siglo XIX, comenzó a ser usado para suministrar el alumbrado eléctrico de los otros dos molinos.
Continuando por la orilla del río llegamos al Molí Sol, también conocido como 'Blanco y Negro' por la fabricación de papel de fumar. Tiene tres plantas y a la edificación principal se le fueron sumando otras según las necesidades de la industria del momento (talleres de herrería o carpintería, por ejemplo). Es más grande que el anterior molino y su importancia llevó a que fuese reconocido incluso en América.
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El tercer de los molinos es el Molí Pont. En sus inicios éste fue utilizado como molino harinero. A finales del siglo XIX, se construyó una segunda edificación que servía también para fabricar papel de fumar y libritos.
Cualquier momento del año es bueno para visitar esta zona. No obstante, los colores vivos del verano y la primavera, junto con el buen tiempo y la oportunidad de refrescarse en las aguas cercanas, hacen de los meses más cálidos los mejores para realizar esta ruta molinera.
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