

Secciones
Servicios
Destacamos
SARA ROQUETA
Viernes, 3 de agosto 2018, 20:01
De viaje, mirando el cielo, las hierbas del verano calientan mi cuerpo», escribió el poeta japonés Ueshima Onitsura en 'Palabras de Luz'. El estío es una de las estaciones que, por su luminosidad y temperatura ambiente, ha disparado los estímulos de artistas, como el valenciano Joaquín Sorolla, quien ya en su obra 'Paseo a Orillas del Mar' describe el verano a través del cuerpo de dos mujeres que caminan cerca del agua.
Los meses del calor se relacionan, además, con el tiempo libre y las actividades al aire libre, desde visitar museos hasta practicar deporte. Valencia cuenta con una zona en la que se conjugan ambas posibilidades: la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Cada año millones de personas visitan este complejo de ocio, donde la oferta deportiva busca hacerse un hueco antes o después de visitar las exposiciones del Museo Príncipe Felipe o de ver una película en l'Hemisfèric.
Como si el trencadís fuera una cancha deportiva, en los lagos de la ciudad diseñada por Santiago Calatrava se puede dar paseos en barca, practicar kayak y surf de remo, y caminar sobre el agua dentro de las 'water balls'. Estas bolas flotantes fueron la primera experiencia deportiva incluida por el Museo de las Artes y las Ciencias en 2012 y, aunque comenzó como un proyecto piloto que se había puesto de moda en las grandes capitales de todo el mundo.
La práctica, enfocada para todas las edades aunque principalmente es frecuentada por público infantil, consiste en introducirse en una bola de plástico de dos metros que se hincha de aire y se cierra herméticamente para que el cliente tenga la sensación de no gravedad o de gravedad móvil; un sistema de entrenamiento que utilizan astronautas y pilotos de la Fórmula 1. Las 'water balls' han tenido en los últimos años una gran aceptación entre los turistas y el público local; tanto es así que, en 2015 se incluyeron las barcas, los kayak y el surf de remo.
La novedad de este año consiste en las 'water bike', un híbrido entre bici y moto acuática. Con un sistema de pedal combina la bicicleta con la moto para atravesar, a buen ritmo, la superficie acuática de uno de los iconos de la ciudad de Valencia.
Las prácticas deportivas, que si bien son habituales en zonas marítimas o fluviales, han conquistado en los últimos años una de las mejores construcciones de arte moderno del mundo. Ahora, las familias, amigos o grupos de turistas que visitan este verano el Jardín del Turia, pueden disfrutar también de los paseos en barca con turnos de 10 o 20 minutos que ofrece el museo entre los meses de marzo y octubre.
La brisa estival, combinada con la paleta de tonos blancos, azules y cristalinos de los vehículos náuticos que van y vienen por el lago artificial de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, son el elemento añadido a un conjunto arquitectónico que, desde hace veinte años, es símbolo para la Comunitat. También para los artistas, quienes desde el paseo de las palmeras en l' Umbracle disfrutan de una postal digna de ser cristalizada, ya sea en lienzo o papel de viajes.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.