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Carla Mansanet Peinado
Valecia
Domingo, 27 de agosto 2023
Los veranos que se recuerdan solamente ocurren con personas que jamás se olvidan, y no hay cosa que marque más una vida que un hijo. El verano familiar es un momento de unión y disfrute, en el que los padres piensan en la felicidad de sus pequeños y buscan mil planes para que puedan vivir su niñez de la mejor manera. Sin embargo, a veces puede resultar complicado encontrar un lugar que asegure un día de diversión para los pequeños y que también pueda dar un momento de paz a los padres. Al fin y al cabo, no son los mismos ritmos de actividad, y un día perfecto solamente se consigue con un balance perfecto. En este contexto, la Ruta de los Molinos de Agua en el Río Lucena es el destino idóneo para crear este equilibrio.
La Ruta de los Molinos de Agua discurre junto al cauce del río Lucena y atraviesa el pueblo castellonense con el que comparte nombre. Además, nace a los pies del Peñagolosa y desemboca en el Embalse de l'Alcora, reconocido por ser el barranco más bonito de Castellón. Este itinerario patrimonial se suele nuclear alrededor de cinco molinos de agua abandonados, sin embargo, al pensar en los niños se planteará la ruta según las tres zonas de baño principales: la Badina, el Charco de Salt y el Charco de Carlos, además de otras zonas de baño que pueden encontrarse cerca de los molinos. La ruta de 17 kilómetros tiene forma circular, lo que facilita el desplazamiento entre las zonas de baño a pesar de la longitud del camino. Asimismo, la ruta está adaptada para hacerse en coche.
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Con las cangrejeras en el maletero y el corazón en la carretera, el punto de partida al que acudir para dar inicio al es Lucena del Cid. El municipio está cerca de Villahermosa del Río, pueblo por el que se desarrolla la ruta del Río Carbo, por tanto, se cogerá la misma autopista para llegar: la V-21 hacia la Urbanización del Tomillar. Entonces, los últimos 24 kilómetros seguirán la CV-190, atravesando Alcora, para llegar a Lucena del Cid. En el caso de que se quiera hacer la ruta a pie, se puede aparcar el coche cerca del restaurante Media Luna. Del mismo modo que para Villahermosa, se puede coger un autobús en la Estación de tren de Valencia o un tren en la Estación del Norte y, al llegar a Castellón de la Plana, hacer transbordo para coger el autobús que lleva hasta Lucena del Cid.
Cerca del Media Luna, un edificio con escaleras exteriores dirigirá hasta el inicio de la ruta, la cual se desarrollará siguiendo las señales indicativas. Un elemento muy útil para identificar el camino es seguir las enredaderas de campanillas azules. Tras un tramo de bajada por carreteras pavimentadas, un cartel rojo indicará el inicio de la ruta.
La Badina
A pocos metros del inicio, y siguiendo la tendencia del camino, está La Badina. Esta es la primera poza del trayecto y una de las mejores zonas de baño en el municipio. Además, está perfectamente adaptada para conseguir el equilibrio que los padres buscan, puesto que dispone de merenderos, áreas de picnic y otros espacios de descanso que se complementan con la belleza del paisaje turquesa del río Lucena. El elemento más característico de las aguas de La Badina es el puente de madera que pasa sobre ellas. Además, al atravesarlo se accederá a la siguiente parte del recorrido hacia el Charco de Carlos.
El Charco del Salto
El camino bordeará el río, por tanto, a pesar de la longitud de la ruta, se pueden encontrar pequeñas pozas secretas en las que refrescarse para dinamizar el camino para los más pequeños. Al fin y al cabo, es un trayecto largo y pueden cansarse, pero hay muchas zonas que propician el hacer paradas para descansar.
Al continuar el camino, un cartel señalizará la cercanía del Molino de Assut y el Molino de Goçalvo. El Molino de Asud es uno de los mejor conservados por el Ayuntamiento de Lucena del Cid, y aunque no sea necesario cruzarlo para continuar la ruta, se puede apreciar el pequeño acueducto del pueblo. El Molino de Goçalvo es de propiedad privada, sin embargo, las pozas de sus alrededores adornadas de juncos son un lugar fantástico en el que darse un chapuzón en plena naturaleza.
Al descender por el río Lucena, la tendencia del camino llevará hasta el Molino de Ros, alrededor del cual se encuentra una de las áreas más bellas de toda la ruta: El Charco del Salto. A pesar de sus pequeñas dimensiones, el encanto de sus aguas tranquilas y cascadas no fallan en atrapar al visitante. Además, es una zona muy poco concurrida, por lo que está muy bien cuidada y limpia. Este Molino es el más cercanos al nacimiento del río Lucena.
El Charco de Carlos
Antes de llegar al Charco de Carlos, los visitantes han de saber que es uno de los espacios más visitados, especialmente en temporada estival, por tanto, y a pesar de su belleza, es prescindible si prefieren un lugar más tranquilo para los niños. Para llegar a él, se tendrán que retroceder los pasos caminados y volver a uno de los primeros molinos del recorrido: el Asud, que está a un kilómetro del charco.
La Ruta de los Molinos de Agua es mágica, y no solamente por sus aguas de colores inimitables, la vegetación que encierra las pozas o los sonidos de sus cascadas que transportan a los lugares más escondidos de la imaginación, sino por su capacidad de unir a las personas. Los niños están mucho más cansados de la tablet, las tecnologías y los móviles de lo que ellos creen y este tipo de viajes les demostrarán que, muchas veces, los mejores paisajes que jamás verán están detrás de sus pantallas.
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