

Secciones
Servicios
Destacamos
Pepón Nieto lleva desde los diecisiete años dando guerra. Es uno de esos actores que siempre ha tenido trabajo. Estará en el Olympia del 21 al 26 de enero con 'La comedia de los errores', la obra de Andrés Lima y Albert Boronat que reivindica el valor de equivocarse. El error, para Nieto, es casi más importante que el acierto a la hora de crecer vitalmente. Hablamos con él sobre la obra, su trayectoria y, en definitiva, del oficio de ser actor.
-¿Qué tiene William Shakespeare que sigue tan vigente después de 500 años?
-Creo que más bien somos nosotros, que no hemos cambiado tanto como pensamos. Tenemos pantallas, internet y un montón de cosas, pero, en general, el motor que nos mueve es el mismo. Nos planteamos las mismas dudas, cometemos los mismos errores, somos igual de celosos... Además de eso, Shakespeare era muy contestatario y sabía diseccionar al ser humano invitandole a que se mirarse al espejo.
-El error constante juega un papel central en esta obra. Hábleme de la importancia de esos errores que, en muchos casos, son incluso necesarios para crecer en la vida.
-Esta obra es una defensa a ultranza del error, de lo divertido que es equivocarse, reírse de uno mismo y lo necesario que es para avanzar. Cuando lo tienes todo muy claro, no dudas. Lo controlas todo y la vida es muchísimo más aburrida a todos los niveles. Por ejemplo, cuando viajas: si lo tienes todo planeado puede ser hasta frustrante porque siempre va a haber un choque con las expectativas. En cambio, si te equivocas, igual acabas en una calle diferente, fuera del radar, conociendo gente nueva y alcanzando una nueva experiencia. Errar es muy bueno para todo. Vivimos en una sociedad en la que el error es sinónimo de fracaso. Nos martirizan con esa espada de Damocles desde niños, cuando si suspendes una asignatura tu vida se va a la mierda. Eso es una gigantesca mentira.
-¿Y usted en qué mete más la pata?
-Soy muy torpe, cometo los mismos errores en los mismos sitios. Soy muy bocazas y digo cosas que no debería (ríe). Ayer, por ejemplo, se me cayó la moto encima porque no le puse la pata de cabra. Simplemente, me levanté, la solté y se cayó al suelo. Pero bueno, hay que reírse de uno mismo. Siempre que sea sin hacerse daño, claro.
-La obra también habla de migrantes. Hay un personaje que si paga mil marcos de oro consigue sus papeles y, si no, es condenado a muerte. ¿Qué tema tan actual, no?
-Una evidencia más de que no hemos cambiado tanto como pensamos. Seguimos pensando de la misma forma sobre las fronteras. Si tú no eres de aquí, no existes. Es terrible. Las obras de Shakespeare son como un espejo social. La obra cuenta cómo hace quinientos años un inmigrante ilegal podía ser condenado a muerte si no pagaba mil marcos. Ahora ocurre lo mismo: si no tienes un duro, emigras y te buscas la vida, estás condenado. Pero si eres futbolista, no pasa nada. Es lo mismo.
-Da la sensación de que no hemos mejorado nada...
-Creo que hemos avanzado mucho en algunas cosas, eso es más que evidente. Pero en otras nos hemos quedado estancados y el problema se ha cronificado. Tenemos que ser más reflexivos.
-Es uno de esos actores que siempre ha estado presente. ¿Cómo valora su trayectoria?
-No la valoro, la disfruto (ríe). Estoy encantado de que me sigan llamando para trabajar. Disfruto todas las partes del proceso. Llevo desde los diecisiete años trabajando y tengo cincuenta y ocho. Ahora bien, en muy pocas ocasiones he tenido cuatro guiones sobre la mesa para poder elegir qué hacer. Llevo toda la vida trabajando y me siento sumamente agradecido. He hecho proyectos maravillosos y buenísimos, pero también otros puramente alimenticios, porque no me quedaba otra elección.
-¿Con qué se queda? ¿Cine o teatro?
-Para mí, en gran parte, es lo mismo. Que se levante el telón o digan acción me resulta muy similar. Cambia el medio y la técnica, pero es muy parecido. Ahora, si tuviera que elegir, creo que me quedaría con el teatro. Aunque soy un culo de mal asiento. Cuando llevo mucho tiempo haciendo la misma obra, me canso y quiero hacer una peli. Y viceversa. Cuando llevo varias pelis seguidas, me vienen unas ganas locas de hacer teatro.
-¿Y el sector teatral? ¿La situación ha mejorado o ha empeorado de unos años a esta parte?
-El teatro siempre ha estado en crisis, eso es una realidad. Ahora que ha llegado la IA y se habla de que hay tantos puestos de trabajo que pueden desaparecer, a mí me ha quedado una cosa clara: el teatro no puede desaparecer. Y con la realidad que estamos viviendo, ha tomado un valor importantísimo. No hay nada que una IA pueda hacer encima de un escenario. No puede convertirse en un actor con sentimientos que transmite un valor o una emoción al público. Cuando el actor está encima del escenario y lo están viendo doscientas o trescientas personas, se crea una situación única e irrepetible. Y eso nos entronca con lo más ancestral que tiene la especie humana. No hay IA que sustituya al teatro. El teatro nos salva y ahora, sin duda, es más necesario que nunca.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Marc Anthony actuará en Simancas el 18 de julio
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.