El planteamiento es claro, doce comensales, seis mesas y un pase de cocina donde preparan un menú con seis platos salados y un postre, a través de siete productos de temporada. Esta es la fórmula del restaurante Félix Chaqués, no parece innovador, simplemente lo es. Llegar a la conclusión de llevar adelante una propuesta de cocina así, no fue cosa fortuita, su trayectoria le llevó a ello.
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Félix dejó a un lado la ingeniería que estudiaba para encontrar su camino. Y no se equivocó, tras trabajar en Escocia y Francia concluyó que lo suyo era la cocina, fue en un gran restaurante de Toulouse, el del conocido chef Christian Constant, donde pasó por todos los oficios de la cocina demostrando interés y valía. El sueño hecho realidad lo plasma en el siguiente escalón, el exclusivo hotel restaurante En Marge de Aubreville, un lugar de ensueño en medio de la campiña francesa. Y con ese bagaje vuelve a España, las cocinas de Diverxo le abren sus puertas (confiesa con una sonrisa que Daviz Muñoz nunca cocina con el pelo encrespado, siempre bien recogido).
Su cocina le marcó definitivamente, y lo nombra responsable de lo que él mismo expresa ante los fogones y la manera de hacerlo ya en su restaurante de Valencia. Cocinó un tiempo con Quique Barella, aprovechando para empaparse de cocina tradicional y mediterránea, en el Habitual de Ricard Camarena, con Junior Franco o en el japonés de Toshi.
La base de los ingredientes de la cocina de Félix nace y se renueva periódicamente, el paso por el mercado es lo que define lo que se va a cocinar en las próximas semanas, los productos de temporada mandan. Luego, en el restaurante, la cocina está abierta ante el comensal, este puede vivir y compartir con los cocineros el momento de la creación de los platos. Obviamente, los comensales son convocados todos a la misma hora, Félix y su equipo comienzan a cocinar a partir de que todos están en sus mesas, como una orquesta, vamos.
La carta renacida
Fundamentalmente, es una cocina mediterránea creativa en la que el mar y la huerta son los principales protagonistas. El menú se basa en siete productos de temporada y con cada uno de esos productos crean un plato. Cada semana uno de esos productos sale de la temporada y entra un producto nuevo. Puede ser uno o dos, pero normalmente suele ser uno. Entonces los platos dentro del menú van girando según la temporada y eso hace que en en poco más de un mes todos los platos del menú hayan cambiado. Los ingredientes que ha de tener cada plato se basan en armonías de sabores y aromas y en el equilibrio nutricional que puedan tener. Félix escoge buena parte de las verduras y hortalizas para su despensa del jardín de Jardín de Jaime, allí es el lugar donde observa el momento óptimo de crecimiento de las plantas, su sazón, incluso algunas de ellas las encurte o fermenta, buscando la conservación del alimento en su mejor momento para más adelante poderlas utilizar.
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La bodega está extraordinariamente surtida de vinos de autor, muchos de ellos valencianos y a precios accesibles. El menú sale por 55€, vivir esta experiencia gastronómica vale la pena.
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