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Urgente Una mujer herida y un detenido tras una pelea callejera en el centro de Valencia
Amparo Vayá. LP
«Siempre que hay retrocesos, las primeras en sufrirlos somos las mujeres»

«Siempre que hay retrocesos, las primeras en sufrirlos somos las mujeres»

Amparo Vayá Dramaturga El Teatre El Musical estrenará esta obra continuidad de 'Un segle d' abismes', para dar voz a mujeres silenciadas a lo largo de la historia

Viernes, 1 de noviembre 2024, 00:20

A veces pensamos que la barbarie ya se ha perdido en la lejanía del tiempo o la distancia. Tan lejos que o bien se encuentra al otro lado del mundo o bien ocurrió hace tantos años que no queda nadie vivo para rememorarlo. Sin embargo, muchas veces la barbarie nos sorprende más cerca de lo que habríamos imaginado. Hasta mediados de los años 70, el Manicomio Padre Jofré albergó en Valencia grandísimas dosis de barbarie. Innumerables mujeres fueron encerradas allí durante décadas, no por sufrir alguna enfermedad mental, sino por haber sido transgresoras y haberse enfrentado a los roles de género en los años del Franquismo.

La historia de estas mujeres, despojadas de su identidad hasta límites salvajes, fue recuperada en un libro ('Nueve nombres', de María Huertas) que fue muy inspirador para la dramaturga Amparo Vayá. Tanto que ahora, la directora de teatro estrenará en el Teatre El Musical la obra 'Boges, cau la nit' (Bramant Teatre), sobre la brutalidad a la que tantas mujeres se vieron arrojadas tras ser engañosamente encerradas en centros psiquiátricos. La obra, que se podrá ver próximamente, está estructurada en tres épocas: los años setenta, los ochenta y la actualidad, de forma que el espectador contempla cómo el tiempo ha ido transformando ese concepto de locura y su tóxica relación con las mujeres. Vayá habla sobre la tremenda historia que esconde su obra, sobre feminismo y sobre la importancia de la memoria y el pasado.

-La trama de la obra transcurre en tres espacios diferentes a lo largo de 70 años.

«Jamás he oído a nadie que se atreva a llamar loco a un director. Eso nos pasa solo a las mujeres»

-Sí. Una escena en los 60, otra en los 80 y otra en la actualidad. Hemos querido dar voz a esas mujeres silenciadas desde tres épocas. Locas sin serlo que fueron encerradas en manicomios por revelarse y por estar fuera de lo establecido. Es interesante no solo para hablar de locura, sino para hablar de cómo aprisionar a mujeres utilizando la locura de argumento. Hoy en día se sigue oprimiendo a las mujeres por locas, histéricas o, simplemente, paranoicas.

-¿De dónde nace esta idea de tratar la patologización de las mujeres?

-Es un tema que siempre me ha parecido interesante. Hay personajes como Zelda Fitzgerald [la mujer de Scott Fitzgerald] que fueron tildadas de locas, pero si hubieran sido hombres se recordarían como personas interesantes y con carácter. A ella la internaron, como a tantas otras. En un momento dado, cayó en mis manos 'Nueve nombres' de María Huertas, una obra que narra el momento en que el manicomio Padre Jofré fue sustituido por el Psiquiátrico de Bétera. Con el cambio, vieron que la mitad de pacientes mujeres no tenían ninguna enfermedad y llevaban décadas encerradas.

-Las mujeres, por herencia patriarcal, se cuestionan a sí mismas más que los hombres la posibilidad de estar locas. ¿Esto sigue vigente?

-Si desde pequeña te insisten en que eres una histérica, una desequilibrada o, constantemente, una exagerada, puedes acabar creyéndolo. A mí, como directora, me lo han dicho. Jamás he oído que nadie se atreva a llamar loco a un director. Por norma, solo nos ocurre a las mujeres.

-Se puede decir que la sociedad ha evolucionado mucho en muy poco tiempo en lo que a feminismo se refiere. Tanto que ahora muchas personas se plantean que quizás se esté llegando demasiado lejos.

-Yo he notado un retroceso en ese sentido. Mucha gente se te echa encima si pronuncias la palabra 'feminismo', cuando todos deberíamos serlo. La psiquiatría feminista ha avanzado mucho. Y sé que este concepto, psiquiatría feminista, va a tensar a mucha gente. Siempre que hay retrocesos, las primeras en sufrirlos somos las mujeres.

-Sus obras ahondan siempre en el feminismo haciendo uso de la memoria. ¿Hasta qué punto cree que es de vital importancia que nos fijemos en el pasado para avanzar?

-Es importantísimo, porque considero que de ahí viene todo. Hay que conocer la historia para no repetir los errores del pasado. Me gusta contar historias que no se han contado nunca y que tienen a mujeres como las verdaderas protagonistas. Pequeñas historias de mujeres anónimas que reflejen esa posesión y el fanatismo que sufrieron en su historia y en su vida.

-Su anterior obra, 'Un segle d'abismes' ahondaba en seis traumas de seis mujeres a lo largo de cien años. Suele tratar estos temas: la memoria histórica y la mujer. ¿Cuál será su próximo proyecto?

-Aquella obra, 'Un segle d'abismes', es una saga familiar entre 1921 y 2021. Cómo, de madre a hija, se va acumulando lo no curado. Empieza con una mujer de pueblo, sin cultura; luego una maestra republicana; luego una mujer que fue fusilada... Narra el paso del tiempo. Todavía no puedo hablar de qué será lo siguiente. Ahora estamos con 'Boges, cau la nit'.

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